Jorge Guridi
FOTO: Manuel Castells

"No hay clara relación entre las enfermedades de W. Amadeus Mozart y sus creaciones musicales". Así lo afirmó el neurocirujano y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, Jorge Guridi, en un encuentro con estudiantes.

Según destacó este apasionado de la música clásica, a Mozart se le han atribuido muchas enfermedades como tics, hiperactividad, ludopatía, etc. pero de ninguna hay evidencias. "Lo único que sabemos nos llega a través de escritos de su padre, especialmente de la primera etapa de la vida de Mozart, pero se trata de afecciones corrientes en aquella época: catarro, posible eritema nodoso o escarlatina".

Una de las enfermedades que se le atribuyen con mayor certeza es el síndrome de Gilles de la Tourette, pero a pesar de la documentación existente que parece sugerirlo, Guridi concluye que no hay pruebas que terminen de asegurarlo.

El año de su muerte estuvo marcado por el éxito
Pero, ¿de qué murió W. A. Mozart?. El experto señaló que pudo tratarse de una enfermedad contagiosa prevalente en Viena en 1791, año de su muerte. "En base a lo que su mujer contó y a estudios realizados sobre las causas de defunción en Viena a finales de ese año, se podría asegurar que murió de fiebre miliar aguda".

El neurocirujano, que está emparentado con el músico Jesús Guridi, repasó algunas de las más conocidas obras del compositor, y prestó especial atención a los últimos años de su vida, en los que se pudo demostrar que, a pesar de las enfermedades padecidas, su genio creativo no se vio directamente afectado. "La mejor prueba de ello fue el mismo año de su muerte en el que realizó numerosas composiciones, incluyendo algunos de sus trabajos más admirados: la ópera La flauta mágica, el último concierto para piano y orquesta, el Concierto para clarinete en la mayor, el Ave verum o el inacabado Réquiem, entre otros".