El antiguo alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra David Soria Fuertes (Historia 2015) ha publicado su primer libro “Cuatro estaciones y un año para olvidarte”, un poemario íntimo donde relata sus experiencias con el desamor. Conocemos más acerca de su obra y de su visión sobre poesía en la siguiente entrevista:

 

¿Podrías explicar el nombre del título?
Es una forma un poco más elaborada de decir que son dos años para olvidar a una persona, o un tiempo no acotado. Quiero decir que detrás del olvido hay más que un año o dos, que pasan más cosas para poder llegar a ese momento en el que ya no echas de menos a la otra persona.

¿Por qué te decantaste por escribir poesía? ¿Qué es para ti?
No me decanté por escribir poesía. Si soy sincero ella vino a mí como una forma en la que liberar mis sentimientos, de atarlos al papel y dejarlos ahí presos para poder seguir adelante. Para mí la poesía es eso, cárcel y vuelo, condena y libertad, mi pequeño espacio en el que poder mostrar mis temores, mis dudas, mis alegrías contenidas y mis quebraderos de cabeza y tratar de encauzarlos para mirar al futuro con ojos nuevos, con otras expectativas.

¿Qué poetas son tus principales referentes?
Si soy sincero cuando empecé a escribir no había leído más poesía que la que nos obligan a leer en clase. Eso sí, ahora que quiero mejorar mi nivel de escritura y creo que para ello necesito conocer y profundizar en la obra de poetas conocidos o desconocidos, ya voy teniendo una sección en mi biblioteca personal con libros de Neruda, Lorca, Benedetti, Carlos Salem, Aute, o Luis García Montero. Y para un futuro, espero que próximo, quiero hacerme con algún ejemplar de Bukowski, Baudelaire, Machado o RIlke entre otros.

¿Es necesaria la poesía hoy en día?
Siempre es necesaria la poesía. La poesía es un instrumento a nuestro alcance para poder llegar a los corazones de la gente, para convencerles de algo o impulsarlos a dar ese paso hacia delante que no se atreven a dar. Creo que es un medio muy poderoso para reivindicarnos como personas vivas, con preocupaciones e inquietudes.

A la hora de escribir poesía, ¿inspira más el desamor?
A mí sí. Es mi mayor musa, aunque también me inspiran las injusticias. Quiero decir, el desamor y los actos en los que veo desigualdades me producen un sentimiento de pena y rabia que me es difícil digerir y que necesito masticarlo bien para poder tragar. Por eso lo escribo, para soltarlo y tener una conversación con el folio, minimizar los daños para seguir adelante. Aunque para superar estos  momentos también necesito mi familia y amigos, mis pilares principales y que me han ayudado en malos momentos. Son personas capaces de cambiar mi situación en todo momento y cada uno me inspira y me ayuda a mejorar. La poesía no serviría de nada si no puedo dar un paseo con mis padres, planificar cualquier reto con mi hermano, una charla con mis abuelos o tomar unas cervezas y hablar de cualquier tontería con mis amigos. Ahí también está gran parte de la poesía que tenemos a diario y no sabemos ver.

¿Estás contento con la acogida que está teniendo entre el público?
Sí. Todos los que se han hecho con un ejemplar, o todos aquellos que me han podido transmitir su opinión me han dicho que les ha gustado, que es muy bonito o incluso les ha hecho llorar. Así que sí, estoy contento, aunque siempre quieres más.

¿Qué proceso sigues a la hora de elaborar los poemas?
La mayoría de poemas suelen surgir de un chispazo, de un sentimiento que me atraviesa y que necesita hacerse tinta. De ahí nacen y llegan al papel sin mayor elaboración. Luego los dejo respirar unos días, después de los cuales los reviso y veo si necesitan otro enfoque o simplemente unos pequeños retoques. Alguno ha habido que ha tardado más en componerse, en el que han ido acoplándose versos “sueltos”, o en el que a mitad del poema he tenido que dejarlo por diferentes motivos. Pero una vez en negro sobre blanco, estos seguían el mismo proceso que los otros.

¿Qué consejos darías a alguien novel que está pensando en publicar un libro?
Le diría que sabiendo que quiere publicarlo y si está con ganas, cualquier opción para publicarlo es buena. Que investigue las distintas opciones para ver cuál es la que mejor se le adapta y que se lance a por todas. Y si no sale bien, tendrá una buena historia para contar.