“El concepto de intimidad ha cambiado porque ahora vivimos en la esfera pública, en la era de las redes sociales y la tecnología”, ha asegurado Ilaria Malagrinò, filósofa y experta en bioética de la Universidad de Roma Tre. Se encuentra en la Universidad de Navarra para realizar una estancia de tres meses en el proyecto ‘Cultura emocional e identidad’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS).

En este tiempo va a desarrollar un estudio sobre los conceptos de vergüenza, estigma, modestia y privacidad en torno al tema de la intimidad. Su investigación consta de tres etapas: una aproximación filosófica y psicoanalítica, un enfoque sociológico y por último un proyecto de educación para estudiantes de secundaria.

Una de las cuestiones importantes en las que pondrá el foco consiste en la diferenciación de intimidad y privacidad, conceptos que cree que hoy en día se confunden. “Ahora la intimidad se entiende como privacidad”, parece que lo importante es no compartir y difundir datos, ha dicho. “Pero, ¿en los datos tenemos a toda una persona con su intimidad? -se pregunta-. No lo creo”.

De acuerdo con Malagrinò, la intimidad ha cambiado mucho. Recuerda que en el pasado la gente vivía en la esfera privada y decidía qué “enseñar” a otros. Para ella, ahora se da la situación contraria, “vivimos en la esfera pública, en la era de redes sociales y nuevas tecnologías y decidimos qué no enseñar”.

Según ha manifestado, la propia intimidad, ya no es un rasgo de la relación con los otros; ahora parece que es del propio sujeto, que es el único capaz de establecer relaciones caracterizadas por el “narcisismo”.“La tendencia a exponer el cuerpo parece hacer que las categorías tradicionales, como la intimidad, se queden obsoletas”, ha apuntado.

Comprender los nuevos modelos

La especialista, que forma parte del Departamento de Educación de su centro académico, reclama más formación para los jóvenes en estos temas. A su juicio, muchas de las dificultades que tienen en cuestiones de afectividad y sexualidad están muy vinculadas al modo de ver la intimidad.

Cuenta que en su país, Italia, como en tantos otros, están teniendo problemas de abusos y difusión de contenidos sin consentimiento, entre ellas imágenes de carácter sexual. La investigadora considera que además grabar y difundir los abusos empeora la lacra del bullying.

En su investigación también estudia cómo se narra en redes sociales, “cómo hablan los jóvenes y qué dicen de sí mismos, sobre todo en Instagram” ha detallado. La experta apuesta por estudiar estas nuevas actitudes “para comprender los nuevos modelos”.