Un libro recoge 3.770 usos populares de plantas medicinales de Navarra
Presentado en la Universidad de Navarra el único estudio etnobotánico de la Comunidad foral, publicado por Equisalud
FOTO: Manuel Castells
La Universidad de Navarra ha acogido la presentación del libro Sabiduría popular y plantas curativas, editado por Ediciones i y patrocinado por el laboratorio navarro de fitoterapia Equisalud. La obra recoge más de 3.770 usos populares de más de 600 plantas medicinales de Navarra (aunque sólo se describen 204), documentados a partir de 667 entrevistas realizadas en 265 pueblos.
La investigación, llevada a cabo por la pamplonesa Silvia Akerreta y las profesoras de la Universidad de Navarra María Isabel Calvo y Rita Yolanda Cavero, constituye el único estudio etnobotánico de la Comunidad foral realizado hasta el momento.
En la actualidad más del 80% de la población mundial utiliza regularmente la medicina tradicional para satisfacer sus necesidades primarias de salud, según la Organización Mundial de la Salud. "Navarra es uno de los viveros europeos donde más recursos naturales existen, y donde esta inmensa biodiversidad se entrelaza con un entorno cultural rico en tradiciones y sabiduría popular", afirma Silvia Akerreta.
A lo largo de las 348 páginas del libro, Akerreta, Calvo y Cavero desglosan, en forma de fichas ilustradas con fotografías, los datos botánicos de cada planta, su acción farmacológica descrita en la bibliografía científica, y los usos medicinales tradicionales recopilados a lo largo y ancho de Navarra, junto a contraindicaciones y precauciones, y también curiosidades populares que han aflorado durante este vasto trabajo de campo. La obra asimismo registra el uso terapéutico de especies no documentadas previamente, en algunos casos, o poco documentadas en otros casos.
Así, descubrimos que en el acervo popular del ámbito rural navarro existen plantas para todo tipo de problemas digestivos, circulatorios, respiratorios o dermatológicos. "Encontramos que en Etxarri Aranatz alivian los dolores fuertes frotando la zona con dos hojas de adelfa y luego quemándolas, o que en Mendigorría utilizan el ajo macerado en alcohol etílico para prevenir infartos o trombosis, aunque en Lumbier lo fríen con camisa de culebra seca para atajar el herpes, y aprendemos que el insomnio infantil se puede tratar con una infusión de pétalos secos de amapola".
Usos no medicinales y usos mágicos
Sabiduría popular y plantas curativas también descubre otros usos de las plantas, más allá de los medicinales. Por ejemplo, las flores de aulaga sirven para teñir de amarillo los tejidos; en Buñuel utilizan el cocimiento de hojas frescas de bardana para oscurecer el pelo, mientras que en Cáseda y Peralta utilizan el abrótano hembra para darle tonos rubios, y en Pueyo recurren a la infusión de berro para dar brillo al cabello. Asimismo, se han documentado usos mágicos de las plantas: las semillas del castaño en el bolsillo dan buena suerte y el rusco y el eguzkilore se colocan en las puertas de casas y caseríos para protegerlos.
Las investigadoras explican que tardaron cinco años en hacer todo el trabajo de campo, tarea que todavía hoy siguen haciendo, y que emplearon otro año y medio más para recopilarlo por escrito. "Hicimos cientos de entrevistas a personas de una edad media de 72 años, lo cual es inusual, porque en la mayoría de estudios etnobotánicos los informantes no son tan mayores. Son personas que te transmiten un inmenso amor por las plantas y por su tierra, por sus raíces", explica Akerreta.
También dejan constancia en su trabajo de la creciente pérdida de vocablos populares en euskera: "El saúco recibía el nombre de intsusa y eso está documentado por Letona en 1979; hoy en día, sin embargo, apenas se registra ese nombre en algunas zonas del norte de Navarra. Y no es el único caso en el que el nombre oficial se ha impuesto al nombre popular", se lamentan.
Akerreta, Calvo y Cavero también constatan en las páginas de este libro otras pérdidas culturales, como usos medicinales de plantas ya documentados previamente y que han caído en el olvido. "Por eso es importante la etnobotánica y el estudio de las relaciones entre los grupos humanos y su entorno vegetal; no sólo para aumentar el conocimiento científico, sino porque si no lo evitamos, es un tipo de saber en vías de extinción. Este tipo de trabajos puede facilitar que aprendamos a ser conscientes de la sabiduría de la naturaleza y de nuestros antepasados, con todo lo que ello conlleva", afirman.
Para Antonio Vega, presidente del laboratorio Equisalud, especializado en productos de fitoterapia, es imprescindible preservar este patrimonio cultural. "Los conocimientos ancestrales de las plantas medicinales, que hoy todavía se conservan en los pueblos aunque cada vez más olvidados constituyen los pilares de partida para la futura investigación de los principios activos de las plantas y sus acciones", señala. "Sabiduría popular y plantas curativas es, por tanto, una valiosa herramienta de consulta no sólo para farmacéuticos, médicos y naturópatas; también para cualquier persona interesada en la salud natural, y por supuesto para cualquier navarro deseoso de conocer y cuidar esta sabiduría popular transmitida de generación en generación".
La investigación ha sido posible gracias a la financiación del Plan de Investigación de la Universidad de Navarra (PIUNA), junto con una beca concedida por el Gobierno de Navarra.