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"La Universidad ha sido el catalizador de mi crecimiento y evolución personales"

Carlos Bravo, graduado de la Facultad de Medicina, ha obtenido el puesto número 1 en el examen a Médico Interno Residente

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Carlos Bravo
FOTO: Cedida

Carlos Bravo vino desde Lorca, en Murcia, a la Universidad de Navarra a estudiar Medicina. Tras seis años de esfuerzo y tesón, en 2015 se graduaba con el mejor expediente de todo el centro académico (65 matrículas de honor, 10 sobresalientes y 1 notable) y llegaba el momento de presentarse al MIR. 5 horas más tarde había realizado el mejor examen y un mes después, se convertía en el número uno entre los más de 12.000 aspirantes. En esta entrevista cuenta los detalles de una trayectoria de éxito que sólo acaba de comenzar. 

¿Dónde estabas cuando te enteraste de que habías obtenido el número 1 entre 12.497 aspirantes?
El Ministerio de Sanidad publicó los resultados a las 00:01 del día 8 de marzo. Yo estaba en mi casa de Lorca, con mis padres y mi hermano, los cuatro desvelados y expectantes. La primera felicitación que recibí se produjo esa misma noche, fue del Dr. Jaime Baladrón, director de la Academia MIR Asturias, en la que me había preparado el examen. A la mañana siguiente, el Dr. Secundino Fernández, decano de la Facultad, tutor mío durante la carrera y director de mi Trabajo Fin de Grado, no tardó en ponerse en contacto conmigo.

Tras esta gran noticia, llegaba el momento también de una decisión importante. ¿Y ahora qué?
La elección de plaza es, sin lugar a dudas, mi próximo reto a la vista. Cuando tienes todas las puertas abiertas no es tan fácil escoger. Hay muchos "distractores". He pensado mucho, pero no lo tengo claro aún. Ni la especialidad ni el lugar. Me gustan casi todas, pero no es lo mismo estudiar una asignatura que la práctica diaria de la especialidad. He hecho una lista con las especialidades que más me atraen: Cardiología, Neurología, Hematología, Dermatología, Oftalmología y alguna más. Son completamente diferentes entre ellas, pero he disfrutado con el estudio de cada una de ellas. Por eso, para desempatar, estoy valorando otros aspectos prácticos. Así que creo que el factor decisivo va a ser la visita a los hospitales. Voy a centrar mis visitas en Murcia y en Madrid. Mi objetivo es elegir una plaza que me permita progresar en mi proyecto formativo sin que ello suponga una "ruptura" con las inquietudes que tenía cuando entré hace 6 años. Es decir, tomar una decisión que sea fiel a mí mismo.

Hemos hablado del futuro, pero echando la vista atrás. ¿Por qué estás tan orgulloso de haber estudiado en la Universidad de Navarra?
La Universidad ha sido el catalizador de mi crecimiento y evolución personales. Soy una persona introvertida, reflexiva, me gusta caminar despacio y en silencio sin captar atenciones, pero cada paso que daba en la facultad resonaba intensamente en mi interior. Efectivamente, estoy contento de la decisión que tomé hace siete años. En la Universidad de Navarra conseguí todo lo que buscaba: calidad científico-técnica, docente y humana. Me marché pleno de conocimientos, vivencias y amigos, con la sensación de que había construido mi proyecto personal en la dirección adecuada.

Sin embargo, ¿qué es lo que más destacarías del proyecto que te ofreció la Facultad de Medicina?
Sin lugar a dudas, entonces y ahora, opino que mi experiencia más enriquecedora fue cursar el Itinerario de Investigación Biomédica. Desde que era muy pequeño he sentido un gran interés y curiosidad por las ciencias de la naturaleza, en especial por la Biología. Cuando estaba en segundo de bachillerato, gané la Olimpiada de Biología en Murcia, me clasifiqué entre los ocho primeros puestos de la Olimpiada Española y gané una medalla de oro en la III Olimpiada Iberoamericana. Tras este periplo biológico, tenía claro que quería entrar en contacto con el mundo de la investigación biomédica durante la época universitaria. Desde 2010 hasta 2014, cursé el Itinerario de Investigación Biomédica en el laboratorio de Terapia Génica del Cáncer dirigido por el Dr. Hernández-Alcoceba. Su dedicación y paciencia totalmente desinteresados con un joven estudiante de Medicina ávido de conocimientos pero que no sabía ni pipetear, son el mayor ejemplo de calidad docente y humana que puedo destacar al final de mi "viaje por Pamplona".

¿Y más allá de lo académico, qué te ha aportado?
El factor humano. Desde que el Ministerio de Sanidad publicó los resultados del MIR he recibido un alud de felicitaciones vía whatsapp, sms y correo electrónico. Más de la mitad de estos mensajes proceden de antiguos compañeros de la Facultad. Muchos ni siquiera tenían mi número de móvil o mi dirección de e-mail, pero ni esto ni otros obstáculos propios de tan señaladas fechas les impidieron molestarse en ponerse en contacto conmigo. En todos sus mensajes, me referían alegría y orgullo de una forma sincera. ¿Puede haber algo más importante que el reconocimiento sincero y simpático por parte de tus semejantes?

Un consejo y un médico inspirador

Después de tanto éxito, ¿hay algún consejo que podrías dar a los futuros estudiantes de Medicina?
La obligación de ser humilde, es decir, como expresa la Real Academia Española: "de conocer las propias limitaciones y debilidades y obrar de acuerdo con este conocimiento". Dicho esto, los estudiantes deben saber que el secreto del "éxito académico" es que no hay ningún secreto, sino tres pilares básicos: motivación, trabajo y compañerismo.

¿Qué clase de médico te gustaría ser en el futuro? ¿Te gustaría parecerte a alguien?
Los modelos con mayor influencia en mí, al margen de las grandes figuras "ideales" como Gregorio Marañón, Santiago  Ramón y Cajal o Severo Ochoa, son aquellas personas cuyas historias se han cruzado con la mía. Obviamente, mis padres son mi primer ejemplo, el más cercano e importante. A ellos les debo todo, desde los genes hasta un apoyo incondicional. Ambos son sanitarios, mi padre es médico de familia y mi madre farmacéutica, así que también se me presentan como un modelo profesional, de esfuerzo y de trabajo constantes. En la Universidad también he conocido a médicos extraordinarios, que siendo mis profesores han dejado una profunda huella en mí. Nombrar a unos y no a otros me parece injusto. Gracias a todos ellos he aprendido que la Medicina es ciencia y arte de manera indivisible

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