“Una ciencia sin valores no es sostenible en la práctica”
Una experta de la Universidad de Lublin analiza la relación entre ciencia y filosofía en un seminario del ICS
“La idea de una ciencia sin valores está bien en la teoría, pero no es sostenible en la práctica”. Así lo afirmó Agnieszka Lekka-Kowalik, profesora de la Universidad Católica de Lublin Juan Pablo II, con motivo del seminario ‘Philosophy - a necessary context for doing science’ (Filosofía: un contexto necesario para hacer ciencia), organizado por el Grupo ‘Mente-cerebro’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra.
La especialista añadió que la ciencia no es autónoma y no puede separarse de los valores morales porque podría dar lugar a presuposiciones erróneas y conducir a una ‘esquizofrenia de valores’ en los investigadores: “Como científico podría meter a varias personas en un congelador para estudiar la influencia de la temperatura en el cuerpo humano. Sería un método científicamente fiable para obtener datos. Sin embargo, como católica, mis valores me impedirían hacerlo”.
Con respecto al tema abordado en el seminario, Lekka-Kowalik señaló la necesidad de las presuposiciones filosóficas para hacer ciencia porque “la filosofía crea un espacio libre donde nos preguntamos cómo son las cosas realmente; un espacio en el que la verdad es el principal valor”.
Asimismo, explicó que para solucionar los conflictos que pueden aparecer en algunas ocasiones entre moralidad y ciencia es necesario construir un contexto en el que no haya un aislamiento metodológico entre las disciplinas: “Un marco en el que cada una de las disciplinas pueda criticar a la otra y en el que todas ellas estén sometida a la verdad”. Para conseguirlo, Lekka-Kowalik subrayó la necesidad de la Filosofía.
Recuperar la idea de ‘mente educada’En cuanto a la integración de la ciencia en el sistema educativo europeo, señaló que aún no es suficiente. “La Universidad, en general, es vista como un simple proveedor de conocimiento. Es una concepción errónea porque el objetivo principal de la educación es educar la mente”, precisó la especialista.
Además, añadió que la idea de ser cada vez más eficientes lleva a una especialización muy temprana de la persona y recordó la importancia de la cooperación de la ciencia y las humanidades para el correcto desarrollo de una ‘mente educada’: “Como científico o técnico estás más orientado a la acción. Como humanista, tiendes a hacer interpretaciones pero no te mantienes cercano a la realidad”.
Por último, Lekka-Kowalik señaló que hoy en día uno de los grandes retos de la educación es reestablecer el lugar de la verdad y de la sabiduría en la sociedad y esto solo es posible si se reconoce “la existencia de una verdad fuera de la propia voluntad y las emociones”.