Pulsar sobre la fotos para ampliarla. FOTO: Manuel Castells

Según Jesús Miguel Santamaría, profesor e investigador en contaminación ambiental de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra, "los niveles de contaminación en el Pirineo son bajos, aunque existen algunos focos importantes ligados a nudos de comunicación y a determinadas industrias distribuidas de forma discontinua en ambas vertientes del mismo". Así lo ha declarado el experto con motivo del I Congreso Internacional Medioambiente y Pirineos, que tendrá lugar en el centro académico desde mañana miércoles, día 19, hasta el viernes 21 de octubre.

En el encuentro, el primero de este tipo que se organiza en Europa, participa medio centenar de científicos españoles y franceses que realizan diversos proyectos de investigación ambiental en los Pirineos. Su objetivo consiste en crear un foro común y una red de intercambio de información que aglutinen los proyectos que se realizan en esta área y los datos que se obtienen, de modo que puedan crearse sinergias y grupos de trabajo entre ambos países, así como entre las distintas regiones españolas que engloban los Pirineos.

Sobre la calidad ambiental de esta región, Jesús Miguel Santamaría -quien también dirige el Laboratorio Integrado de Calidad Ambiental (LICA) de la Universidad de Navarra- subraya que los Pirineos "constituyen una barrera natural para los contaminantes procedentes del norte de Europa, siendo después depositados en las vertientes francesa o española en función de la orografía y las condiciones meteorológicas. En consecuencia, se han detectado contaminantes procedentes de lugares remotos en ecosistemas de gran valor ecológico a pesar de encontrarse muy alejados de fuentes antropogénicas".

Por otra parte, y aunque la calidad ambiental en general es buena, el especialista alerta de que la contaminación por nitrógeno -ligada a los principales nudos de carreteras que atraviesan la cordillera, como los túneles de Somport, Cadí y Bielsa, el paso por Irún o el de Biriatou- puede ir en aumento en los próximos años. "Este hecho debe ser considerado seriamente, ya que el denominado nitrógeno reactivo se encuentra implicado en importantes problemas ambientales: cambio climático, formación de ozono troposférico, eutrofización, pérdidas de biodiversidad, etc., siendo los ecosistemas pirenaicos especialmente vulnerables a sus efectos".

El problema de la trucha y la biodiversidad de los Pirineos
Otra de las fuentes de contaminación que podría ser relevante en esta zona sería la potenciación de la combustión de biomasa. Para Jesús Miguel Santamaría, "aunque es necesario avanzar en el uso de combustibles alternativos, el empleo de leña y astillas para obtener poder calorífico puede conducir a un incremento de la liberación de hidrocarburos y de material particulado de carácter tóxico, ya que la combustión de este tipo de biomasa es incompleta. En consecuencia, podría darse la paradoja, ya observada en algunos pueblos del Pirineo, de que las concentraciones de dichos compuestos sean superiores a las detectadas en zonas urbanas. Sin embargo, este problema puede reducirse significativamente utilizando pellets, cuya combustión es más eficiente y genera muchos menos contaminantes".

El Congreso, que coincide con el Año Internacional de los Pirineos, se centrará en la biodiversidad del Pirineo y los principales problemas de contaminación. Del primer tema se ocupará Arturo Ariño, profesor del departamento de Zoología de la Universidad de Navarra y miembro de la red internacional GBIF. Sobre la problemática de la trucha en las cuencas pirenaicas hablará el profesor Rafael Miranda. Por último, Juan Arizaga, de la Sociedad Científica Aranzadi, analizará los flujos migratorios de las aves a través de la cordillera, entre otros temas de interés.