La donación y los trasplantes: una forma de salvar vidas
La Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra celebra el Día de su patrona con una mesa redonda en la que participaron expertos en donación de órganos para trasplantes
La Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra celebró el día de su Patrona, Santa Isabel de Hungría, con una mesa redonda titulada "La donación y los trasplantes: una forma de salvar vidas".
En el acto, coordinado por la profesora Maddi Olano, quien ha trabajado en esta área, participaron también Montserrat Lorente, enfermera coordinadora de trasplantes de la Clínica Universidad de Navarra; Pedro Esquíroz, miembro de la Junta de la Asociación de Donantes de Sangre de Navarra; el Dr. Pedro Errasti, médico Consultor del servicio de Nefrología de la Clínica Universidad de Navarra; y Patxi Irigoyen, un joven trasplantado bipulmonar por una fibrosis quística.
Según puso de relieve Montserrat Lorente en la mesa redonda, "lo más duro de esta profesión es hablar con la familia del posible donante, por las circunstancias que suelen rodear el acontecimiento: una muerte inesperada". Sin embargo, aseguró que por su experiencia "la donación suele ayudar al duelo de la familia y da sentido a la muerte del ser querido, al contribuir de esta manera a dar vida a otras personas".
Por su parte, el Dr. Pedro Esquíroz hizo un llamamiento para concienciar a los asistentes sobre el hecho de que ser donante de sangre supone una ayuda y una esperanza para la sociedad.
Trasplantes en vivo: sólo un 10%
Asimismo, el Dr. Pedro Errasti, miembro de varias asociaciones de nefrología, diálisis y trasplantes, explicó que el trasplante renal es la mejor alternativa a la Insuficiencia Renal Crónica y como, cada vez con más frecuencia, se están llevando a cabo trasplantes de vivo, "mejorando de alguna manera el desequilibrio existente entre personas necesitadas de un trasplante y la escasez de donantes". "En cualquier caso", añadió, "esta modalidad todavía no alcanza en España el 10% de los trasplantes, a excepción de Cataluña donde llega al 30%". Además, el especialista destacó que la esperanza de vida del transplantado con órgano de vivo "es mucho mayor que si éste procede de cadáver".
Por último, Patxi Irigoyen, un joven trasplantado bipulmonar a causa de una fibrosis quística, vicepresidente de la Asociación de Fibrosis Quística de Navarra, narró su experiencia vital antes y después del trasplante. Recordó que antes de la operación -que tuvo lugar en 2001- tenía una capacidad pulmonar de un 19%. Ocho años después, y por su afición al montañismo, casi llegó a coronar el cerro de las Tórtolas, en los Andes, a 6.350 metros de altitud.