Ciencia y emprendimiento sobre la poyata
Tres antiguos alumnos de la Facultad de Ciencias han impulsado el proyecto Scratchaid, que ha recibido el apoyo de Emprendimiento UNAV y Caja Rural
FOTO: Manuel Castells
Adrián Vallejo (Bio 14, MIB 15), Marta Román (MIB 15) y Diego Sucunza (Bio 13, MIB 15), graduados del Máster de Investigación Biomédica de la Facultad de Ciencias, han recibido el apoyo de Caja Rural a través de la Unidad de Emprendimiento de la Universidad para desarrollar su proyecto Scratchaid, un dispositivo que facilita la recuperación de material biológico cultivado en el laboratorio.
Los tres científicos, que actualmente desarrollan su trabajo en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), explican que la idea de crear Scratchaid surgió de forma conjunta tras realizar distintos cursos de emprendimiento, como el YUZZ Santander, el Diploma de la Escuela de Organización Industrial (EOI) y el Diploma de Gestión y Creación de Empresas Biotecnológicas, impulsado anualmente por la Facultad de Ciencias.
El proyecto, explica Adrián, “consiste en el diseño, producción y comercialización de una pieza de laboratorio -un scraper celular- que mejora los tiempos empleados en la técnica actual, garantiza mayor reproducibilidad y todo ello con un menor coste”. Los investigadores disponen ya de un prototipo funcional que está dando muy buenos resultados, según confirman.
En la base del proyecto se encuentra la necesidad de agilizar la ejecución de una técnica “bastante tediosa en el laboratorio”, añade Adrián. “Esto, sumado al fomento del emprendimiento que hemos recibido a través de los diplomas mencionados, hizo que nos decidiéramos a impulsar Scratchaid”. No obstante, Adrián añade que el propio Máster en Investigación Biomédica ha sido la plataforma que les ha permitido conocerse y formarse “de forma excelente en el trabajo diario del laboratorio, acceder al doctorado y descubrir en la poyata parcelas de mejora que no se habían explorado”.
Su plan con Scratchaid, a medio plazo, consiste en recaudar más financiación y cerrar los procesos de producción de una pequeña tirada de scrapers para testar qué acogida real tienen las piezas en el mercado internacional. “Buscamos partners o industrializadores que puedan producir las piezas bajo unos estándares de esterilidad concretos y garanticen las certificaciones ISO necesarias. En este objetivo nos estamos apoyando mucho en la unidad de Emprendimiento de la Universidad de Navarra”, culmina Adrián.