"Cuando el Estado injustamente usurpa la autoridad educativa de los padres, perjudica el bien común"
La investigadora de Princeton, Melissa Moschella, ha defendido en un seminario organizado por el ICS que el derecho de los padres a educar a sus hijos no puede ser reemplazado por el Estado.
¿Deberían los gobiernos obligar a los padres (especialmente los de condición económica baja y sin alternativa) a enviar sus hijos a clases que puedan contradecir sus valores religiosos o morales en asuntos de intimidad o conducta personal?
En un seminario realizado en el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad, la investigadora Melissa Moschella ha defendido que la acción coercitiva del Estado en materia de educación de los hijos es una violación de los derechos de los padres. "Cuando el Estado injustamente usurpa la autoridad educativa de los padres, perjudica el bien común por violar el derecho que tienen a cumplir con sus obligaciones de acuerdo con los dictámenes de su conciencia, además de perjudicar a los niños", ha destacado la investigadora de Princeton University (EEUU).
Moschella habló en el seminario internacional sobre Ley Natural y Racionalidad Práctica, organizado por el ICS y el Social Trends Institute, en el que presentó una ponencia sobre los límites de la intervención coercitiva del estado en la educación desde la perspectiva de la ley natural.
Para Melissa Moschella los gobiernos deberían respetar y proteger los derechos de los padres como los que defienden al proclamar la libertad de religión. "El carácter muy personal y serio del ejercicio de la religión es comparable a la obligación que los padres tienen en la educación de sus hijos", afirma. "Si el Estado dijera: no se le permite ir a misa los domingos, pero enviaré a un experto piadoso en su lugar, uno no lo aceptaría porque se trata de una obligación personal. Es lo mismo con el derecho de los padres a educar a sus hijos. El Estado puede ayudar a los padres en su tarea educativa, pero no puede coaccionarles a dejar que a sus hijos se les enseñen cosas que los padres piensan que pueden ser dañosas, porque se trata de una responsabilidad de los padres."
La razón por la que estos derechos se consideran algo especial, continua la investigadora, "es que no son sólo un derecho a actuar de acuerdo con algunas preferencias, pero un derecho a cumplir con una obligación; y obligaciones no son lo mismo que preferencias".
Su argumento central es que "los padres tienen la autoridad de educación primaria, pre-política, sobre los hijos, debido a su relación personal con los hijos y las obligaciones especiales que fluyen de esa relación".
Para la investigadora, la distinción entre preferencias y obligaciones "se pierde por completo en el lenguaje del liberalismo, que reduce todo a preferencias, autonomía y máxima libertad de elección, mientras que la obligación (el deber ser bajo el riesgo de perder la integridad) desaparece".
Contrariamente a esta idea, Melissa Moschella defiende que "hay que recuperar esa zona de distinción entre preferencias y obligaciones, y determinar el tipo de protecciones a dar a la conciencia e integridad de la persona en relación con el cumplimiento de sus obligaciones".
En el seminario participó Sherif Girgis, doctorando en filosofía de Princeton University, con una ponencia sobre "La Ley Natural y la sustancia del matrimonio". Un texto suyo sobre este tema ("What is marriage?", en coautoría con Robert George y Ryan Anderson, publicado en 2010), se convirtió en el artículo más consultado del año en la Social Science Research Network.
Organizado bajo la dirección de Alejandro Vigo Pacheco, investigador del ICS, el seminario contó aún con la intervención de Craig Iffland (University of Notre Dame) titulada "Natural Law and the ethics of killing", y las intervenciones de Matthew O'Brien (Villanova University) y Daniel Doyle (Universidad de Navarra). El primero con la ponencia "Natural Law and liberalism" y el segundo "Natural Law: the classical approach".