In Memoriam José Miguel Iribas
A las 8 de la mañana del 20 de abril de 2015, ha fallecido José Miguel Iribas, a consecuencia del proceso canceroso que arrastraba. Sociólogo eminente, sólo hace tres meses que había terminado su última participación como profesor en el Master de Diseño Arquitectónico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra.
Hombre de gran humanidad e inteligencia preclara, su desaparición constituye una pérdida difícilmente reparable. Había nacido en 1950 en Bergara (Guipúzcoa) pero su familia procedía de Cortes (Navarra), adonde regresaba con frecuencia. Se licenció en sociología en París; Discípulo del célebre Henry Lefevre y del también navarro Mario Gaviria, había dedicado sus esfuerzos al estudio de la ciudad y el diagnóstico estratégico de alcance territorial. Desarrolló una extraordinaria y certerísima capacidad en el análisis de los problemas urbanísticos y las correspondientes soluciones operativas. Esto le permitió trabajar en más de 150 proyectos y estudios de alcance, muchos de ellos en colaboración con arquitectos de renombre como Jean Nouvel, Pachi Mangado o Carlos Rubio Carvajal, que le buscaban por su aguda capacidad de síntesis y su honradez intelectual y moral.
Fueron estas mismas cualidades las que llevaron a contar con él como profesor a la Escuela de Arquitectura, donde impartió dos cursos memorables y varias conferencias en los últimos tiempos. Había regresado a las aulas en octubre pasado: su enfermedad le había tenido apartado del ejercicio profesional durante casi dos años. Demostró poseer también una gran capacidad docente, aunque nunca antes había ejercido la docencia. De hecho, su experiencia en Pamplona constituyó para él un descubrimiento fascinante.
Original y sugerente en sus exposiciones, Iribas despertaba entusiasmo en sus alumnos; les ofrecía una visión inesperada y optimista de su profesión y sus capacidades, que admiraba con sinceridad; intentaba aprovecharlas para conseguir concretar sus ocurrentes soluciones para los problemas a que les llevaba a enfrentarse.
Destacó especialmente, en su trabajo, por su acierto en la definición y propuesta de una visión estratégica del territorio de la costa mediterránea desde el punto de vista de sus opciones de explotación turística; fue el responsable del Proyecto ‘Valencia Litoral', y la ciudad de Benidorm le nombró hijo adoptivo por su labor de largos años en beneficio de la ciudad, plasmada en el libro Benidorm, ciudad nueva.
Poco dado a la escritura de textos docentes, no terminó de redactar el libro más reflexivo y retrospectivo que sus amigos le animábamos a escribir para transmitir, condensada, su rica y valiosa experiencia. Las grabaciones de sus clases en Pamplona constituyen ahora un tesoro que le incorpora al patrimonio histórico de los 50 primeros años de vida que la Escuela cumple precisamente en estos días.