¿Cómo abordar los casos de pacientes con enfermedad avanzada que expresan su deseo de morir?
El seminario transversal del ICS reunió a expertos en Medicina paliativa, Filosofía y Psicología
¿Cómo abordar los casos de pacientes con enfermedad avanzada que expresan su deseo de morir? Para arrojar luz sobre esta cuestión, el grupo transversal ‘Fundamentación ética y antropológica de cuidados paliativos' del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) organizó el seminario ‘Deseo de morir y derecho a morir'.
La actividad, moderada por Nunziata Comoretto, bioética en la Pontificia Academia para la Vida, reunió a expertos en Medicina paliativa, Filosofía y Psicología. Concretamente, intervinieron Carlos Centeno, investigador principal del Programa ATLANTES del ICS y director de la Unidad de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra; José Pereira, profesor de Medicina en la Universidad de Ottawa y jefe de Cuidados Paliativos del Hospital de Ottawa (Canadá); Alfredo Cruz, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad de Navarra; y Marina Martínez, psicóloga de la Unidad de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra.
¿Cómo abordar los casos de pacientes con enfermedad avanzada que expresan su deseo de morir? Para arrojar luz sobre esta...
Posted by ICS Unav on Martes, 21 de julio de 2015
En primer lugar, Carlos Centeno narró su experiencia personal como especialista de Cuidados Paliativos ante un caso clínico de una paciente que, ante un cáncer avanzado, manifestó que deseaba poner término a su vida.
Por un lado, el Dr. Centeno reconoció que aprecia y agradece que los pacientes tengan confianza con él para compartir "una reflexión y una preocupación tan profunda". Sin embargo, recomendó "rebajar la carga semántica de este tipo de peticiones", ya que "no siempre están enraizadas en una fuerte convicción".
"A veces se trata de una respuesta primaria, inmediata, una verbalización de que se quiere cambiar la situación, pero en realidad no hay un verdadero deseo de morir", incidió.
Según el Dr. Centeno, la Medicina ha comenzado a buscar con profundidad "otros modos de enfocar estas situaciones de sufrimiento profundo que a veces tienen su raíz en una falta de sentido vital". Así, apuntó que "se están desarrollando terapias basadas en las aportaciones de filósofos existencialistas como Viktor Frankl para estimular en la situación terminal la búsqueda de sentido".
Por otra parte, destacó que en estos casos "siempre hay una interpelación al profesional" y recomendó "revisar todo lo que se está haciendo para ver si se puede trabajar mejor o no se ha acertado con las decisiones…".
Recuperar el sentido de la vidaA continuación intervino José Pereira, quien compartió su experiencia con las solicitudes de pacientes terminales a las que se ha enfrentado durante su trayectoria profesional.
"Una de las cosas que enseño a los estudiantes es que si alguien les pide acabar con su vida no deben basar su respuesta en la ilegalidad de esta práctica; deben pedir al enfermo que les ayude a comprender por qué se siente de ese modo y por qué ha llegado al punto de pedir la muerte", enfatizó.
El Dr. Pereira recordó que hay investigaciones que muestran que entre los motivos que llevan a los pacientes a solicitar la eutanasia está la depresión, la desesperanza, la falta de sentido, el sentimiento de que se es una carga para la familia, amigos, sistema sanitario… "Algunas veces el problema es el difícil control de los síntomas, pero otras tiene que ver con buscar el control de lo que está ocurriendo", dijo.
Como ejemplo de terapia, mencionó el caso de un paciente con el que trabajó la búsqueda de sentido preguntándole de qué se sentía más orgulloso en su vida. Según relató, el enfermo fue poniendo en valor recuerdos de su vida en los que había conseguido superarse a sí mismo y las dificultades que afrontaba.
Autonomía del sujeto y dignidadLa siguiente intervención corrió a cargo de Alfredo Cruz, profesor del Departamento de Filosofía, quien destacó dos maneras de abordar el tema: desde una visión ética y desde una visión jurídica. Según el profesor Cruz, lo que ocurría con el paciente del caso clínico expuesto en la sesión era que el paciente "no aceptaba su situación. La petición de la muerte es una reacción desesperada cuando el enfermo siente que no domina la situación".
Para él, la "rebeldía" del enfermo estaba motivada "por el concepto moderno de dignidad -o el concepto más común de dignidad en nuestros días-, en la que esta consiste en autonomía individual". De acuerdo con esto, la situación de dependencia aparece como una contradicción para la dignidad del paciente. Sin embargo, según recalcó, la dignidad humana no se encuentra en la autonomía del sujeto sino en "ser sujeto del cuidado y del amor de otros". "La dignidad, -subrayó-, tiene una condición más pasiva que activa".
Desde el punto de vista jurídico, el profesor Cruz alegó que el derecho a la vida "no es sin más un derecho de libertad que implica que los demás se limitan simplemente a abstenerse". Según él, se trata de un derecho positivo que requiere un cuidado positivo por parte de los otros.
Recuperar todo aquello que es importante para el pacienteLa última panelista, Marina Martínez, psicóloga de Cuidados Paliativos de la Clínica Universidad de Navarra, coincidió en que el paciente descrito en el caso clínico no aceptaba la situación en la que se encontraba. "Se ha visto que cuando el paciente expresa deseo de morir, lo más frecuente es que en realidad esté diciendo que quiere controlar la situación".
Depresión, desesperanza y sentirse como una carga son los puntos centrales que se detectan en aquellos pacientes que expresan su deseo de morir, comentó la psicóloga.
En su intervención, Marina Martínez aclaró en qué consiste la Dignity Therapy, una tipo de intervención que permite "rescatar o recuperar todo lo que es importante para el paciente" con el objetivo de inducir una reflexión en él que le ayuda a "preservar su dignidad".
Por último, la psicóloga compartió los resultados de un estudio con casi 400 pacientes con enfermedad avanzada en el que se concluyó que el 70% no tenía deseos de morir, el 20% ocasionalmente expresaba ese deseo y el 12% manifestaba directamente su deseo de morir. "De estos últimos –recalcó-, casi la mitad sufría depresión".