Futuro posdoc en Yale
Fernando de Miguel (Biología 08 y Bioquímica 10, PhD 15) va a continuar su investigación en cáncer de pulmón en uno de los campus más prestigiosos del mundo
FOTO: Manuel Castells
Antes de comenzar su nueva andadura en la Universidad de Yale (EE. UU.) dentro de unos de los grupos más punteros en la investigación de cáncer de pulmón, Fernando de Miguel (Biología 08 y Bioquímica 10) explica cómo ha ido fraguando su carrera hasta dar el salto internacional.
- ¿Cómo has conseguido el postdoc en este prestigioso campus?
A base de insistencia y paciencia. El proceso de buscar postdoc puede ser algo desalentador. En primer lugar porque en muchas ocasiones no tienes del todo claro qué quieres investigar tras la tesis, y en segundo lugar porque la competencia en EE.UU. es alta y en algunos laboratorios los investigadores españoles jugamos en desventaja. En mi caso, he tenido ayuda de muchos compañeros del CIMA que ya han pasado por allí y no han dudado en echarme un cable y ponerme en contacto con laboratorios de allí. Esta oportunidad en concreto me la ofreció el Dr. Silve Vicent, quien conoce a la Dra. Politi y sabía que andaba buscando nuevos postdocs. Tras algunas entrevistas por Skype y una pequeña "excursión" por varios laboratorios de la costa este de EE.UU. finalmente he tenido la fortuna de poder recalar allí.
- ¿Qué proyecto de postdoc vas a desarrollar en la Universidad de Yale?
El proyecto específico aún está por concretar. El laboratorio al que voy, que dirige la Dra. Katerina Politi, estudia el cáncer de pulmón al igual que nosotros aquí. Durante los últimos años se han centrado en entender los mecanismos que llevan a determinados pacientes a adquirir resistencia contra los fármacos. Además, son expertos en modelos animales para el estudio de carcinomas pulmonares. Actualmente tienen un programa de recogida de muestras muy interesante y minucioso en pacientes que están desarrollando resistencia a tratamientos de inmunoterapia, que ha sido el último "boom" en el tratamiento del cáncer de pulmón. En principio, mi proyecto estará dirigido a entender la genómica de esos tumores, y a tratar de encontrar los mecanismos de resistencia ayudándome de modelos murinos (ratones).
- ¿Qué expectativas tienes de tu formación en EE. UU.?
Las expectativas son muy altas. A día de hoy los medios y el nivel de investigación de EE.UU. siguen estando un peldaño por encima de Europa. La Universidad de Yale en concreto es una de las mejores universidades y hay muchísima investigación e interacción con otros grupos, algo esencial para hacer ciencia de calidad. Además, da la casualidad de que soy ciudadano estadounidense por el hecho de haber nacido allí, de modo que puedo optar a fuentes de financiación americanas que me ayudarán a asentarme allí.
- Primero estudiaste Biología, después Bioquímica y continuaste con un máster en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. ¿Ya desde entonces tenías claro que te querías enfocar en el cáncer de pulmón?
Desde antes incluso de empezar la carrera de Biología ya tenía claro que me quería dedicar a la investigación. El interés por el cáncer se fraguó en la Universidad, cuando vas aprendiendo los mecanismos moleculares del cáncer. Algo que a día de hoy me sigue fascinando. Recuerdo con cariño especial las clases de las doctoras Natalia López Moratalla o María Jesús López Zabalza, entre otras. Sus asignaturas fueron las principales responsables de que me interesará por la biología molecular del cáncer.
El enfoque en cáncer de pulmón en concreto vino tras el máster, por la oportunidad que me ofrecieron mis directores de tesis, los doctores Rubén Pío y Luis Montuenga de incorporarme a su grupo para realizar la tesis. Ellos llevan peleando con él mucho tiempo y sin duda han sabido formarme y animarme a luchar contra este tipo de tumor, que sigue siendo uno de los más mortales en el mundo.
- ¿Qué resultados obtuviste tras tu tesis doctoral?
Dentro del programa de tumores sólidos y biomarcadores del CIMA he trabajado en la identificación de eventos de splicing alternativo asociados a cáncer de pulmón. El splicing alternativo es un proceso de edición genómica que ocurre de manera natural en la célula, pero como tantos otros procesos se encuentra muy alterado en las células tumorales. Fruto de ello publicamos dos artículos.
- En tu experiencia fuera de campus, ¿qué impresión has tenido sobre la calidad de la formación en Biología y Bioquímica en la Universidad de Navarra?
He tenido la gran suerte de estudiar en dos universidades, además de la Universidad de Navarra. Durante mi quinto curso de Bioquímica estuve de Erasmus en la Universidad de Groningen, en Holanda, y al año siguiente realicé un máster en la Universidad Autónoma de Madrid. Todas ellas son grandes universidades, aunque sin lugar a dudas la que mejor conozco es la UNAV. Yo creo que uno de los valores que resalta de la Universidad de Navarra es el seguimiento al alumno. Además, el campus tiene un nivel de investigación notable, y eso se nota en el profesorado y en las oportunidades que puedes conseguir tras la carrera, tanto en la Facultad de Ciencias como en el CIMA o en la CUN.
- ¿Qué tiene de peculiar este tumor respecto al resto?
Que aunque es uno de los tumores que más muertes causa, es también uno de los que menos fondos recibe para su investigación, debido en gran parte a lo que se conoce como el "estigma" del cáncer de pulmón. Nadie duda hoy en día que el principal factor de riesgo para desarrollar un cáncer de pulmón es el tabaco. El problema es que socialmente existe la concepción de que el cáncer de pulmón es una enfermedad casi "buscada" por el fumador, y por tanto evitable cuando no siempre es así. Por ejemplo, nuestro grupo tiene un proyecto para estudiar un tipo de carcinoma de pulmón que es muy frecuente en mujeres no fumadoras y que tienen una mutación específica. Creo que los que conocemos un poco esta enfermedad tenemos que trabajar para que la sociedad conozca mejor la enfermedad y termine esa estigmatización. Mi director de tesis, Rubén Pío, tiene un seminario muy bueno sobre este tema en el que entre otras cosas explica cómo ante la publicación en prensa del fallecimiento de famosos muchas veces se sustituye "cáncer de pulmón" por "larga" o "dura enfermedad", por vergüenza a que se conozca la causa real.
- ¿Crees que finalmente se logrará la curación del cáncer o todavía queda mucha batalla por delante?
Esta es una pregunta que no dejan de hacerme amigos y familiares que saben a qué me dedico y para la cual tengo una respuesta algo pesimista. El problema de la enfermedad del cáncer es que no hay dos tumores iguales. Es una enfermedad genética que en la mayoría de las ocasiones surge del propio desarrollo natural de la célula.
Por poner un ejemplo simple, cuando alguien contrae una enfermedad cuya causa es bien conocida, si se identifica perfectamente qué agente es el que la provoca, y qué tratamiento acaba con ella, puedes suministrarlo a todos los pacientes por igual y la tasa de éxito será cercana al 100%. Con el cáncer no es así. Puede haber dos pacientes con el mismo tipo de carcinoma pulmonar y, sin embargo, los dos tumores pueden ser muy diferentes entre sí. Incluso dentro del mismo tumor la heterogeneidad es altísima, consecuencia del carácter genético de la enfermedad. Todos estos factores hacen que los tumores sean muy difícilmente tratables de manera específica. La tendencia actual lleva a conocer perfectamente la genética de cada tumor individualmente y de esta forma poder tratar de manera más específica al paciente.
Como digo, los avances están ahí. Prueba de ello es que las tasas de mortalidad tienden a disminuir. No obstante, hasta que no lleguemos a controlar perfectamente todos los mecanismos que propician el cáncer, no acabaremos con él, y eso es un objetivo a largo plazo.