La Ciencia debe asomarse a las ventanas de la Filosofía y la Teología
Entrevista a Guiseppe Tanzella-Nitti, que pronunció la III Lección Conmemorativa Mariano Artigas
Giuseppe Tanzella-Nitti, astronómo y teólogo, es profesor ordinario de Teología Fundamental en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma.
El martes 20 de octubre, invitado por el Grupo de Investigación Ciencia Razón y Fe (CRYF) -que fundó el prestigioso científico y sacerdote Mariano Artigas- fue el encargado de dictar la III Lección Conmemorativa que se celebra cada dos años. El título escogido para esta ocasión fue el de "¿Se puede hablar de Dios en el contexto de la ciencia contemporánea?".
Momentos antes de iniciar el acto en Aula Magna, tuvimos la oportunidad de hablar con él.
¿Qué supone para usted pronunciar esta III Lección Conmemorativa?
Una ocasión de agradecimiento a la memoria de don Mariano Artigas -de quien he aprendido muchas cosas-, y también a la Universidad de Navarra, ejemplo de diálogo entre distintas disciplinas y de búsqueda de la unidad del saber.
¿Conoció al profesor Artigas?
Sí, en 1984. Yo estudiaba Teología en Roma y él venía de vez en cuando a dar clases en la neonata Facultad de Filosofía de lo que más tarde sería la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.
Empezamos en seguida una amistad porque cuando él supo que yo había trabajado unos años en la investigación científica y, muchos de los autores que él conocía yo los conocía también, tuvo lugar un intercambio de reflexiones y empezó a abrirme horizontes. Me hizo ver cómo había una filosofía implícita en muchos hombres de ciencia. Nuestro papel era explicitarla para, si era necesario, corregirla apreciando siempre lo positivo: la búsqueda de la verdad, la pasión por la investigación, el reconocimiento de la belleza y de la inteligibilidad de la naturaleza.
Me sugirió seguir tratando a mis viejos compañeros de trabajo en el campo de la astronomía y de la astrofísica ayudándoles a reconocer que todo trabajo científico es, además de una tarea muy humana, una búsqueda de la verdad.
¿Cuáles son los principales problemas de relación que tiene la Teología con la Ciencia?
Si hablamos de relaciones entre Teología y Ciencia, lo que hay que hacer es buscar una buena Filosofía que nos ayude a dialogar. Parte es esta filosofía implícita que acabo de delinear. También la Teología tiene que hacer un pequeño esfuerzo: sin dejar de ser Teología, debería pasar de categorías teológicas, a veces un poco cerradas y autoreferenciales, a categorías más dialogantes, que pueden ayudar en esta búsqueda de la verdad, propia de un hombre de ciencia.
Tenemos que hacer también el esfuerzo de utilizar un lenguaje que sea comprensible por el otro y, si es necesario, definir el sentido y significados de los términos que se usan. Con humildad. Nadie, ni siquiera el teólogo, posee la verdad total. El creyente adora la verdad y lo hace en Dios Uno y Trino, que se ha hecho hombre para nosotros en Cristo, pero esto no quiere decir poseerla. Los hombres de ciencia, los filósofos y los teólogos tienen ocasiones para ir juntos caminando hacia la verdad. Pero el teólogo puede enseñar la estrella guía de la revelación. En este camino, en el que uno de vez en cuando se para, se cae y tiene que cambiar la dirección, el teólogo tiene la palabra misma de Dios que viene al encuentro del hombre. Y el hombre de ciencia y el filósofo pueden ayudar a recuperar la dirección justa, pero esto no exime de la fatiga de seguir andando.
¿Cómo hablar de Dios en el mundo de la ciencia?
En el método científico y en la actividad del hombre de ciencia, como actividad humana personal, hay aperturas, puntos de enganche con la trascendencia. El profesor Artigas solía hablar de presupuestos en el trabajo científico. Se puede hablar también de aperturas. Me gusta especialmente la imagen de las ventanas. El trabajo científico es una casa donde el método rige el modo de vivir en esa casa, lo que se puede hacer y lo que no. El método, la praxis, es quien gobierna. Pero esa casa tiene ventanas que permiten mirar hacia fuera. Las ventanas como tales pertenecen a la casa. Esas aberturas, esos enganches, son parte del trabajo de todos los días, pero para ver lo que hay más allá se requiere el esfuerzo de asomarse a la ventana y, al hacerlo, el científico no pierde su racionalidad. No deja de ser un buen científico, no cambia de actividad: sigue siendo hombre, hombre que busca la verdad.
En y desde la Universidad de NavarraEl profesor Tanzella-Nitti terminó con estas palabras: "en la Universidad de Navarra tenéis la oportunidad de que estudiosos de distintas disciplinas busquéis la verdad juntos, porque hay muy buena voluntad. El trabajo científico que se hace aquí –en sentido amplio- no es un trabajo reduccionista, ni autorreferencial, ni materialista. Está hecho con pasión. Y esta pasión puede y debe guiar el diálogo de todos, incluso con la Teología. Desde la Facultad de Teología se puede indicar esa estrella guía de la que he hablado antes. Tenéis la oportunidad de trabajar juntos, de hacer un trabajo interdisciplinar riguroso, no improvisado, no simplemente mediático en el sentido más pobre del término. Y llegar así a resultados que enriquecen tanto a la Ciencia, como a la Filosofía y la Teología. Sin ese diálogo cada una de esas disciplinas sería más pobre".