Para Mons. Ocáriz, es necesario hacer una teología viva, que llegue a las personas y entusiasme con el conocimiento de Jesucristo
El Gran Canciller de la Universidad de Navarra visitó la Facultad de Teología con motivo de su 50 aniversario
Es necesario hacer una teología viva, que llegue a las personas y entusiasme con el conocimiento de Jesucristo, sin caer en la pura divulgación. Estas fueron algunas ideas que monseñor Fernando Ocáriz, Gran Canciller de la Universidad de Navarra, expuso durante una sesión con profesores, personal de administración y servicios, y alumnos de las Facultades Eclesiásticas con motivo del 50 aniversario de la Facultad de Teología. Al mismo tiempo animó a sacar adelante un trabajo seriamente realizado: en el estudio, la docencia y la tarea investigadora.
En el encuentro, que se enmarca en su primera visita al campus de la Universidad de Navarra en Pamplona, el Gran Canciller comenzó dando la enhorabuena a la Facultad de Teología por su medio siglo de historia y por continuar con la misión que impulsó san Josemaría. Asimismo, centró su mensaje en tres ideas: primero hizo hincapié en la conexión entre teología y vida de oración. En segundo lugar, destacó la importancia de la interdisciplinariedad manteniendo el espíritu de unidad de la escritura, la dogmática y la moral; y por último, animó a profundizar en los escritos de san Josemaría.
El profesor Juan Chapa, decano de la Facultad de Teología, presentó el acto al que asistieron 300 personas. En la mesa presidencial también estuvieron el vicecanciller, monseñor Ramón Herrando y el rector, Alfonso Sánchez-Tabernero.
En su discurso, el decano mostró su “profundo agradecimiento y alegría” por haber recibido la visita de Mons. Ocáriz, doctor por la Facultad de Teología y uno de los casi 5.000 titulados que han estudiado en sus aulas: “Ha hecho que este día ocupe un lugar único en los diversos actos de celebración de los 50 años de la Facultad”.
Asimismo, afirmó que la Facultad de Teología es hoy “una realidad plenamente enraizada en la Universidad de Navarra y bien conocida en el mundo teológico nacional e internacional”, tal y como soñaba san Josemaría, primer Gran Canciller del centro académico.
Esta Facultad “crece gracias a la dedicación de muchas personas: profesores, empleados y estudiantes que han contribuido con su trabajo, profesionalidad, delicadeza y buen humor a hacer de este edificio un lugar grato y familiar”, recordó.
A su llegada al edificio, Mons. Fernando Ocáriz tuvo oportunidad de saludar al personal no docente, a profesores de distintos departamentos y a los miembros de la junta directiva de la Facultad de Teología, y a los decanos de Derecho Canónico y Eclesiástica de Filosofía.
Acto académico en memoria de Mons. Javier EchevarríaEl Gran Canciller de la Universidad de Navarra participó durante la mañana del día 19 en un acto académico en memoria de su antecesor entre 1994 y 2016, monseñor Javier Echevarría, donde subrayó su ilusión y esfuerzo por trasladar a iniciativas de otros países “el espíritu cristiano y el amor apasionado al mundo que se respira en la Universidad”. “Don Javier alentó con energía un sello que san Josemaría le imprimió desde el principio: la apertura al mundo entero, con la ilusión de servir, de compartir lo mejor que se tiene”.
En el acto, donde se destacó la cercanía, magnanimidad y agradecimiento de don Javier además de su impulso a la investigación, también intervinieron el rector de la Universidad; la vicedecana de la Facultad de Medicina y neumóloga de la Clínica, Arantza Campo; y el anterior director general del IESE, Jordi Canals. Asistieron más de 700 personas, entre ellas el arzobispo de Pamplona, Mons. Francisco Pérez, la Junta de Gobierno de la Universidad, juntas directivas de centros, profesores, personal de administración y servicios, y estudiantes.
Tras el homenaje a Mons. Echevarría, don Fernando Ocáriz se reunió con más de treinta representantes de alumnos del centro académico, entre los que se encontraban los delegados y subdelegados de la Universidad, y los decanos de los Colegios Mayores. El Gran Canciller de la Universidad les animó a estudiar huyendo del individualismo, “preocupándose por los demás”.