“Pronto será posible obtener información como el color de la piel, el pelo o los ojos tras analizar determinados indicios o fluidos biológicos”
Manuel Crespillo, biólogo forense, descubre las verdades y destierra los mitos de esta especialidad en una charla para alumnos de la Facultad de Ciencias
Manuel Crespillo Márquez, jefe del Servicio de Biología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (Ministerio de Justicia) del Departamento de Barcelona desde 2014, impartió el pasado viernes 23 de febrero una conferencia sobre la especialidad de Biología Forense invitado por el Colegio Oficial de Biólogos en el Aula 3E02 de la Facultad de Ciencias.
En esta entrevista desvela parte de los temas que tratará en su conferencia y explica cómo funciona en la actualidad la base de datos de ADN en España, que conserva y compara continuamente la información de 420 000 perfiles genéticos con el objetivo de facilitar las investigaciones sobre distintos delitos.
¿En qué ámbitos diría, como experto, que ha evolucionado más la genética forense en los últimos años?
Los avances en el campo de la genética forense se han centrado en el desarrollo de estrategias de análisis orientadas a la obtención de una mayor información a partir de cada vez más pequeñas cantidades de material biológico. Por citar algún ejemplo, en la actualidad diversos grupos están trabajando de manera muy activa en el desarrollo y puesta a punto de paneles de marcadores genéticos orientados a la deducción de caracteres fenotípicos. De esta manera, a partir de un indicio o fluido biológico podremos extraer información relativa al color de la piel, del pelo o de los ojos del individuo que ha depositado un determinado indicio o fluido biológico.
¿Considera que series como CSI han contribuido a dar a conocer su especialidad o cree que más bien han extendido muchos conceptos que son erróneos?
Aunque confieso que he visto la serie en pocas ocasiones, creo que este tipo de formatos ha ayudado a divulgar de una manera sencilla la ciencia aplicada, haciéndola comprensible al espectador y al público en general. Como es lógico, esto obliga a simplificar los métodos, estrategias de análisis e incluso las dificultades que encontramos en la vida real.
¿Con qué grandes problemas se encuentran en su día a día a la hora de aportar datos sobre la escena de un crimen, por ejemplo?
Nuestros grandes inconvenientes están relacionados, con frecuencia, con disponer de indicios de poca calidad o cantidad. Por ejemplo, si contamos con un solo pelo o con una muestra muy pequeña de un líquido biológico es muy difícil obtener un perfil genético que se pueda comparar. El siguiente paso, que sería interpretar el resultado de un análisis genético en el contexto de una investigación, tampoco es sencillo. En este campo, la bioinformática está facilitando mucho la labor de cotejar datos.
¿Cree que se ha sobrevalorado el papel de los análisis genéticos dentro de la especialidad forense?
El empleo de análisis genéticos ha supuesto una auténtica revolución a nivel mundial en procesos judiciales de distinta índole, aunque su papel depende en última instancia de los tribunales de justicia, que dan el valor correspondiente a los análisis periciales. Nuestra labor, como biólogos forenses, es contribuir al esclarecimiento de los hechos que se investigan, y en este sentido hay que señalar que los laboratorios españoles trabajan siguiendo estándares de calidad muy exigentes. Además, frecuentemente en las investigaciones participan expertos de diferentes disciplinas (antropólogos, criminólogos, entomólogos, etc.) cuyo trabajo dota de mayor consistencia a las conclusiones de la investigación.
¿Cómo se gestionan en España las bases de datos de ADN con interés criminal?
En la actualidad, la basede datos de ADN está alimentada por perfiles genéticos (aproximadamente 420.000 a fecha de 2016) procedentes de indicios biológicos que no se han atribuido a ningún donante y perfiles de sospechosos (investigados o convictos) por delitosespecialmente graves, así como por restos cadavéricos y muestras de personas que buscan a un familiar desaparecido.
Estos perfiles genéticos los recogen las distintas policías y expertos delel Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. A continuación, trabajan con un software informático (CODIS) que somete todos los perfiles a un proceso continuo de comparación, de modo que, ante una eventual coincidencia de perfiles, se comunica el hecho al juzgado pertinente. Este procedimiento de intercambio y comparación de perfiles genéticos también se realiza a nivel internacional con distintos países europeos.