“Los tiempos de Dios son perfectos, me ha sabido poner donde debía estar”
El sacerdote salvadoreño José Manuel Salazar (Bach. TEO’16) descubrió su vocación tras estudiar la carrera de Ingeniería Industrial
Natural de Ahuachapán (El Salvador), José Manuel Salazar vino a la Universidad de Navarra por primera vez en 2012 para estudiar el Bachiller en Teología. Aunque nunca había salido de su país, asegura que no le resultó difícil adaptarse: “El Colegio Mayor Bidasoa se convierte para todo el que llega en un hogar”.
Se ordenó diácono en Pamplona en 2016 y regresó a El Salvador, donde se ordenó sacerdote en enero de 2017. Allí permaneció un año y medio ejerciendo de vicario en la parroquia de San Pedro Apóstol, en la localidad de Metapán, hasta que el obispo de su diócesis le propuso volver a la Universidad a continuar formándose para “poder formar” después.
“Soy consciente de la falta de información para que los jóvenes sepan descubrir a Dios. A veces tienen inquietudes de querer entregar su vida, pero no saben dónde ir”, asegura. De ahí su interés en querer ayudar a otros: “Yo lo fui descubriendo con mi participación en los grupos juveniles de mi parroquia, y, aun así, me costó”.
Al principio no tenía clara su vocación, le gustaban mucho las matemáticas, así que apostó por la carrera de Ingeniería Industrial. La concluyó con éxito y pronto se incorporó al mundo laboral, como analista de procesos en un banco. “Cuando me vi en mi puesto de trabajo, sentía que no era suficiente y que estaba siendo egoísta”, declara. Y a finales de 2009, tomó la decisión de ingresar en el seminario. “Los tiempos de Dios son perfectos, me supo poner donde debía estar”.
Explica que estudiar en la Universidad le ha dado ilusión por proyectarse. Aquí ha descubierto el gusto por la lectura, en especial las biografías de los santos San Juan de la Cruz, Santa Faustina y Sta. Teresita de Lisieux.
Lo que más le gusta del sacerdocio es poder ayudar a la Iglesia y vivir bien los sacramentos, y agradece a los benefactores la generosidad que le han brindado para sacar adelante su vocación.