Casi un centenar de profesionales asistieron a una mesa redonda organizada por la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra y enmarcada en el Año Internacional de la Enfermería. “Las enfermeras somos el 50% de los profesionales sanitarios. Tenemos un rol clave en el acceso de la sociedad a la sanidad. Y la OMS, con la designación de este año internacional, pone de manifiesto su interés por el desarrollo de la profesión”, explicó María Carrión, enfermera de Práctica Avanzada en la Clínica Universidad de Navarra.

Con el título “Nuevos roles enfermeros”, el objetivo de la jornada fue abordar la realidad de la profesión a partir de tres perfiles: la Práctica Avanzada, la gestión y la investigación. En ella también participaron Nuria Esandi, profesora e investigadora de la Facultad de Enfermería, y María José Pizarro, enfermera supervisora en OSI Donostialdea.

 “La percepción social de la Enfermería cambia mucho de un país a otro. En España todas las enfermeras somos universitarias desde hace 40 años. No sucede así en todos los países”, explicó María Carrión. “Poco a poco, se ha avanzado en la visión que la sociedad tiene de la enfermera, sobre todo, en la atención primaria, como un profesional cualificado”, aseguró.

“Estoy de acuerdo con la invisibilidad del cuidado de Enfermería”, admitió Nuria Esandi. “Cuando este cuidado falta todo el mundo lo reconoce. Por eso creo que tenemos que visibilizar lo invisible. Y eso nos corresponde a las enfermeras”, apuntó. “El Año Internacional de la Enfermería es una ocasión para visibilizar la profesión, para sensibilizar a la gente del impacto de nuestro trabajo”, subrayó.

Formación y centralidad del paciente

Según esta experta, la Enfermería ha cambiado mucho. “Ahora hay más especialización y más formación con estudios de máster y el acceso al doctorado. Esto ha ayudado a reducir la brecha entre en qué consiste nuestro trabajo y cómo se percibe”, señaló. Para María José Pizarro, esta formación es indispensable para ejercer bien un rol de gestión: “Muchas veces no la tenemos cuando asumimos un cargo de supervisión o dirección. Son puestos con mucha responsabilidad y el papel de la enfermera supervisora no siempre está reconocido”. En ese mismo sentido, María Carrión se refirió a la formación como una ayuda para que la enfermera gane confianza y “pueda ocupar su puesto dentro de los equipos interdisciplinares”.

Un aspecto importante en el que las tres coincidieron fue en que la pasión por el paciente es lo que mueve a todo profesional de la Enfermería. “Enfoqué mi carrera a la práctica avanzada porque implica un contacto directo con el paciente. Me permitía compaginar el liderazgo, que ya había ejercido en algunos puestos de gestión, con la práctica asistencial”, explicó María Carrión. Para la profesora Esandi, esa misma centralidad del paciente es la que guía su trabajo: “La investigación no está desvinculada de la práctica clínica: contribuye a la asistencia del paciente”. Por último, María José Pizarro indicó que el rol de gestión implica contemplar tu entorno y detectar campos de mejora; siempre para atender mejor al paciente”.