"No es posible descargar la conciencia"
Manuel Alfonseca participa en un seminario sobre inteligencia artificial del Grupo de Investigación Ciencia Razón y Fe
"La inteligencia humana y la inteligencia artificial: perspectivas", así rezaba el título del seminario que este mes de marzo ha organizado el Grupo de Investigación Ciencia Razón y Fe (CRYF) de la Universidad de Navarra. El ponente, Manuel Alfonseca, doctor ingeniero de Telecomunicación y licenciado en Informática, tiene una amplia experiencia profesional en el mundo de la empresa (IBM) y en el ámbito académico: ha sido profesor de las Universidades Complutense y Autónoma de Madrid, de la que ha sido catedrático y director de la Escuela Politécnica Superior.
El profesor Alfonseca introdujo el seminario hablando de los límites de la matemática y sus intentos de formalización. Explicó en qué consisten el problema de la parada, el test de Turing y la habitación china de Searle. Afirmó que "hay problemas que no se pueden resolver; uno de ellos es el azar". Explicó que matemáticamente no es posible decidir si una secuencia de sucesos es un verdadero o un falso azar. Señaló que este resultado tiene consecuencias importantes en el debate de la determinación de si el universo es fruto del diseño o del azar, ya que dicha determinación, desde la matemática, sería imposible.
La inteligencia artificial se aplica a juegos como el ajedrez, sistemas expertos y lenguaje natural, aunque se encuentra con el problema de enseñarle a una máquina el lenguaje natural, que es inherentemente ambiguo, algo que no pasa en los lenguajes artificiales. Para ilustrar esa ambigüedad puso el ejemplo de frases como: "Nos vemos mañana en el banco". El hombre es capaz de hablar con ambigüedad semántica y también sintáctica: "Pasaré solo este verano aquí".
Según Turing "la inteligencia artificial se alcanzaría en el momento en que una máquina llegase ser capaz de engañar a un humano del mismo modo como un humano engaña a otro". El problema es que esta prueba no detecta la conciencia, añadió.
"La conciencia es algo más que complejidad e información. Es también intencionalidad. Tenemos intenciones que son incompatibles con el determinismo". El hombre es un ser libre. "La libertad de decisión requiere un sustrato indeterminista". En definitiva, lo que no podemos hacer es, según Alfonseca, descargar la conciencia de un ser vivo en un soporte informático. "Si los ordenadores tuvieran conciencia, tendríamos que redefinir la vida", concluyó el ponente.
En el coloquio añadió que "a la inteligencia artificial no solo le falta la conciencia, sino también la semántica. El reconocimiento del lenguaje natural de una persona no es algo trivial. El ordenador reconocería un chiste, aunque una cosa es que lo reconozca y otra que le haga gracia".