“El sacrificio de quienes destinan sus recursos económicos a darnos la oportunidad de estudiar merece toda mi admiración”
Raymond José Essindi es sacerdote camerunés y cursa sus estudios en la Facultad Eclesiástica de Filosofía de la Universidad de Navarra
Raymond José Essindi nació hace 33 años en Yaundé, capital de Camerún, donde creció junto a sus padres y sus cuatro hermanos. Nacido en el seno de una familia católica, cuenta que siempre tuvo muy clara su vocación al sacerdocio: “Desde muy pequeño supe que tenía que servir a Dios a través del ministerio sacerdotal. Aunque para mis padres fue una sorpresa, las abuelas de mi padre, a quienes respetaba mucho, le aconsejaron que me dejaran seguir mi camino”.
Ingresó en el seminario menor a los doce años y a los 20 en el seminario mayor. Asegura que su ordenación diaconal fue un momento inolvidable: “Acabábamos de terminar el seminario y dos semanas después, nos fue conferido el diaconado. En ese momento, fui especialmente consciente del paso que estaba dando, de ese sí que había dado a Dios desde niño. Estaba acompañado de mi familia, de mis amigos y de mis compañeros seminaristas; fue un momento muy especial”. Cuenta que, a lo largo de este camino, su confianza en Dios siempre ha sido plena: “En mis oraciones, le digo que no soy perfecto, pero que estoy a su disposición para hacer siempre lo que me pida, aunque no entre en mis planes. Nunca me había planteado venir a España, por ejemplo, pero cuando Dios llama, hay que contestar, porque siempre es para un bien mayor”.
Por iniciativa de su obispo, llegó a Pamplona en 2016 para estudiar en la Facultad Eclesiástica de Filosofía de la Universidad de Navarra: “Para los sacerdotes de África, estudiar en Europa es una oportunidad muy grande”. También cuenta divertido que su relación con España comenzó mucho antes de venir a Navarra: “En 2010, el rector del seminario me dijo que tenía que hacerme el pasaporte, porque nuestro obispo había solicitado un grupo de seminaristas para representar a la diócesis de Yaundé en la JMJ de Madrid. Después de hacer todo el papeleo, al final no pudimos ir, así que la segunda vez que me llamó para ofrecerme la posibilidad de venir a Pamplona a estudiar, no me lo terminé de creer”.
Raymond asegura que su etapa de formación en la Universidad de Navarra está siendo “una gran experiencia”, tanto a nivel personal como académico: “Tengo unos profesores estupendos, con unas grandes mentes, que me están transmitiendo todos sus conocimientos en el ámbito de la Filosofía. Eso es una suerte”. Afirma que, en este tiempo, también se ha enriquecido gracias a sus compañeros: “Aunque estoy aprendiendo de todos ellos, tengo una especial relación con los sacerdotes polacos que cursan sus estudios en la Universidad. Procedemos de culturas muy diferentes y tenemos caracteres distintos, pero desde el principio establecí muy buena amistad con ellos. Son fantásticos”.
Por todo ello, no quiere dejar pasar la oportunidad de dar las gracias a sus benefactores, a quienes admira: “Es asombrosa la generosidad desinteresada que nuestros benefactores tienen con los sacerdotes y seminaristas. El sacrificio de quienes destinan sus recursos económicos a darnos esta oportunidad de estudiar y formarnos, aún sin conocernos, merece toda mi admiración. Son personas excepcionales que están haciendo una gran labor de evangelización”.