"Hoy en día los políticos no deberían sobreestimar la capacidad de Europa para mostrar empatía por el sufrimiento ajeno"
Constantin Parvulescu, investigador del proyecto ‘Cultura emocional e identidad' del ICS, analiza la posguerra en el Este de Europa en su libro Huérfanos del Este
"Hoy en día los políticos deberían no sobreestimar la capacidad de Europa para mostrar empatía por el sufrimiento ajeno". Así, lo afirmó Constantin Parvulescu, investigador del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) y autor del libro Orphans of the East (Huérfanos del Este), en relación a la crisis migratoria que sufre actualmente Europa. En su obra, publicada recientemente, Parvulescu analiza la situación en el este del continente tras la Segunda Guerra Mundial a través de la figura cinematográfica del huérfano.
Según Parvulescu, el huérfano se convierte en una metáfora cinematográfica que encarna la lucha por recuperarse de la guerra y sirve para cuestionar las líneas del propio socialismo.
Constantin Parvulescu investiga en el proyecto ‘Cultura Emocional e Identidad' del ICS, que financia Seguros Zurich.
¿Cuáles son las principales conclusiones de Orphans of the East?
No hay nada parecido al socialismo que se vivió en Europa del Este, un socialismo "hecho en casa", fruto de los países explotados y subdesarrollados atrapados entre las grandes potencias.
Esta experiencia ha producido películas muy interesantes que conllevan interesantes testimonios sobre los sueños, las pasiones, los éxitos y los fracasos del siglo XX (socialistas o no). Estas películas funcionaban como esferas públicas alternativas donde se debatía sobre cómo el desarrollo de una región podía contribuir a la liberación de la conciencia de sus habitantes.
¿Qué situación política que se refleja en el libro?
El libro recuerda a los lectores que el socialismo era, ante todo, una producción de sujetos y que colocó la liberación de la conciencia en el centro de sus intereses. Todo lo demás, desde la economía planificada hasta la propaganda, estaba al servicio de ese objetivo. Sin embargo, poco a poco el objetivo principal del socialismo se fue difuminando, se convirtió en algo diferente, y así es como aparecieron los aspectos opresivos y elitistas de los regímenes socialistas.
¿Cree que el cine es una buena oportunidad para mostrar la situación de posguerra que se vivió en Europa del Este?
Sí, de hecho, poca gente ve estas películas de otro modo que no sea como testimonio de aquel tiempo (lo que no significa que no estén maravillosamente producidas). El cine puede enseñarnos como era el hombre socialista, como hablaba, se movía y sentía. Hay mucha ideología en el código de vestir, en el vocabulario cotidiano, el lenguaje corporal y las emociones, tanta como en los propios discursos de los líderes del partido comunista.
Por ello, estas películas completan el trabajo realizado por investigadores que utilizan archivos tradicionales. Además, no podemos olvidar que aquel cine era el medio favorito de la clase obrera. Los regímenes de Europa del Este, al menos sobre el papel, pertenecían a los trabajadores y por tanto, el cine permaneció como un importante medio de comunicación política en estos países hasta 1989.
¿Por qué eligió la figura del huérfano?
Es un importante punto de entrada al debate. Como "hijo del Estado", sin lazos familiares, el huérfano se sitúa en el centro de la revolución. Las representaciones cinematográficas del huérfano muestran la manera en la que, en ciertos momentos de la historia, el estado socialista y su público imaginaba y debatía el tema del nuevo hombre socialista.
Tras la dura situación de posguerra en Europa del Este, ¿cree que Europa ha aprendido algo para no volver a cometer los mismos errores?
Desde la Segunda Guerra Mundial y hasta 1989, las dos Europas han vivido en un proceso de simbiosis negativa. Los errores (y los crímenes) del estado socialista han sido ampliamente discutidos en Occidente (véase las largas discusiones sobre el totalitarismo y los derechos humanos) y su rechazo tuvo gran repercusión dentro de la identidad de Europa del Este.
Desde 1989, las cosas han cambiado. Ha llegado el momento de que Europa aprenda de los errores del estado socialista de Europa del Este, pero también de sus logros, o al menos de aquello que fingía conseguir. Y una de las cosas más importantes es el pensamiento utópico de emancipación. Europa lo necesita.
En la actualidad, Europa está sufriendo una de las mayores crisis migratorias desde la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué lecciones de la posguerra pueden ser aplicadas para solucionar la crisis de los refugiados?
Tras la Segunda Guerra Mundial, los judíos checoslovacos o polacos volvían a casa desde los campos de concentración y no eran bienvenidos por sus propios vecinos, a pesar de que habían sido víctimas del aparato biopolítico más horrible que la mente humana jamás haya podido diseñar. La autocompasión, el miedo y varias cuestiones económicas estaban detrás de este rechazo.
El capitalismo predica la defensa del interés propio. Hoy en día los políticos no deberían sobreestimar la capacidad de Europa para mostrar empatía por el sufrimiento de otros. Los líderes europeos deberían diseñar políticas adecuadas, teniendo en cuenta la realidad política y emocional del escenario en el que viven.