Iniciativa, naturalidad y confianza en uno mismo son las palabras que definen a estos 60 jóvenes deportistas. Son estudiantes de la Universidad de Navarra que, a la vez que están estudiando una carrera, consiguen hacer un hueco en el día para practicar el deporte que les apasiona. Ellos han logrado transformar esa afición inicial, que muchos comenzaron cuando eran niños, en una parte fundamental de su vida universitaria. Gracias al programa Talento Deportivo del Centro de Estudios Olímpicos (CEO) de la Universidad consiguen compatibilizar su carrera universitaria con la práctica deportiva de rendimiento. Es un programa de ayuda integral para apoyar y dar  asistencia al deportista-estudiante acompañando a éste en la mejora de su capacitación profesional, académica, deportiva y personal. Y según cuentan los participantes, lo consigue. 

"Mi entrenador, mis compañeras y toda mi familia siempre me han apoyado muchísimo en la Lucha Libre, pero Talento Deportivo me ha ayudado a poder compaginar los estudios y el deporte. Además, me ofrece apoyo en los entrenamientos y me facilita el tema de médicos y de la nutrición", cuenta Maialen Guelbenzu, una alumna de Magisterio. Ella, además de practicar la Lucha Libre, forma parte de los deportistas del Centro de Tecnificación Deportiva de Navarra. Este es su primer año en la Universidad, y al igual que Miguel Indurain, alumno de Económicas que practica el ciclismo, reconocen que su deporte es lo que realmente les apasiona."Poco a poco -explica Miguel- ves que te gusta lo que haces, entrenas mucho más y le dedicas más horas, y vas ganando". Maialen, sonriendo, asegura que "cada vez te lo tomas más en serio y llega un momento en el que te planteas si realmente es un hobby o algo más". Eduardo Laviña, alumno de Medicina, reconoce el apoyo que siente gracias a este proyecto: "A parte de las ayudas que te puede aportar para compatiilizar los horarios de estudio con el deporte, también hay charlas y sesiones en temas relacionados con esta práctica que me han ayudado mucho".

A cambio de ingresar en el Programa, se facilita a estos alumnos un refuerzo del asesoramiento académico, la posibilidad de lograr dos créditos ECTS por año hasta llegar a un máximo de seis en la carrera y la entrada en el Programa de Nutrición y Alimentación Deportiva. Además se les ofrece un plan especial de mantenimiento físico, un seguimiento médico especial, un tutor deportivo-personal que le orienta en su paso por la Universidad así como un plan de formación específico a través del Centro de Estudios Olímpicos.

"Es cuestión de organizarse"

Para los responsables de este programa, los estudios son lo prioritario; todos los participantes tienen la obligación de ir a clase y aprobar las asignaturas. Aunque, a veces, afirma Miguel, es difícil compaginar esta doble vida: "Hasta 2º de Bachillerato todo iba bastante bien, no tenía que estudiar tanto y podía dedicar más tiempo al entrenamiento. Ahora en la Universidad, creo que es cuestión de organizarse bien. Si lo haces puedes continuar tanto con el deporte como con los estudios". Eduardo, veterano en la Universidad al cursar sexto, su último año, le da la razón a su compañero y piensa que todo es organización, y que con planificación, tienes tiempo para todo. Sin embargo, reconoce que este año termina la carrera de Medicina y que cuando comience con el MIR, tendrá que reducir horas de entrenamiento. Aunque tiene dudas respecto del futuro, asegura que cuando ejerza su profesión, volverá a competir a nivel autonómico.

Como afirmó el Vicepresidente del Comité Olímpico Español, Carmelo Paniagua, en la presentación del Programa, quizá los veamos algún día en los Juegos Olímpicos. O al menos, ese es el objetivo y ellos están poniendo los ingredientes para conseguirlo: "Necesitas ganas, constancia, mucha fuerza de voluntad y creer que puedes hacerlo. Al menos tienes que intentarlo", concluye Maialen Guelbenzu. Como a cualquier deportista, les gustaría competir en los Juegos Olímpicos, y si puede ser, a los JJOO 2020.  

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