Javier Portús: “Lo sobrenatural tuvo un reflejo muy importante en el arte y la sociedad del Siglo de Oro”
El experto imparte la tercera sesión del ciclo de conferencias del Museo del Prado en la Universidad
“En las manifestaciones artísticas del Siglo de Oro, lo sobrenatural tuvo un reflejo muy importante: una proporción muy alta de la producción figurativa de la época es de tema religioso”. Así lo ha afirmado Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura Española hasta 1700 del Museo del Prado, en la tercera sesión del ciclo de conferencias del Prado en la Universidad de Navarra.
Bajo el título “Imágenes que hablan. Algunos aspectos de lo sobrenatural en el arte español del Siglo de Oro", la conferencia ha girado en torno a diversas obras a las que se atribuyeron propiedades sobrenaturales, como la capacidad de hablar, de expresarse a través de movimientos de cara y manos, y de tomar algún tipo de animación. “Los términos en los que la sociedad española durante el Siglo de Oro se planteaba la relación entre lo natural y lo sobrenatural, y el tipo de connotaciones asociadas a esto último han cambiado mucho respecto de nuestro tiempo”, ha explicado. Asimismo, ha afirmado que “las imágenes de mayor prestigio devocional, a las que no se podía asignar la autoría, eran atribuidas a san Lucas, a Nicodemo o a los ángeles”. Cuando las obras eran más recientes, “se las vinculaba con hechos milagrosos o extraordinarios a partir de los cuales los artistas hacían la obra. Parecía difícil concebir que fuera algo hecho sin más”, ha añadido.
Apoyado en algunas de las representaciones de Cristo en la cruz que más devoción tuvieron en España durante el Siglo de Oro, Portús ha señalado que “la crucifixión se convirtió en el gran recurso iconográfico: la cruz estaba omnipresente, era una imagen con la que el fiel podía establecer una relación muy cercana y crear un gran vínculo”. En este sentido, ha asegurado que “el arte fue un instrumento fundamental de la Iglesia al servicio de la fe, tras la reforma protestante, y la religión fue importante para los artistas, pues era lo que les permitía sobrevivir profesionalmente”. Por otro lado, ha señalado que, por su tridimensionalidad y la posibilidad de que entraran en juego la vista y el tacto, “la escultura se convirtió en el tipo preferente para crear relatos donde se pudiera subrayar la animación de las imágenes”.
La cuarta y última sesión de este ciclo tendrá lugar el próximo miércoles 30, en el Museo Universidad de Navarra. Será impartida por el Catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza Agustín Sánchez Vidal, quien hablará de “Magias, fantasmagorías, sueños y pesadillas cinematográficas”.