María Jiménez Montes (ISSA ‘17), antigua alumna de ISSA - School of Management Assistants, siempre tuvo claro que quería ejercer su profesión en un país extranjero: “Creo que es una oportunidad para crecer a nivel profesional y vivir una experiencia diferente. También es un modo de perfeccionar un idioma y de enriquecerse a nivel personal”.

La ocasión se le presentó cuando, el pasado mes de septiembre, poco después de graduarse, fue seleccionada para trabajar como becaria en el Consulado General de España en Washington D.C. Dos meses más tarde, en noviembre, firmó un contrato de trabajo como Asistente de Dirección del Cónsul General. “Me encargo principalmente de su agenda y de algunos temas personales. También coordino y preparo los Poderes Notariales y la Valija Diplomática. A menudo, atiendo en ventanilla cuestiones relacionadas con solicitudes de alta consulares, registros civiles, renovaciones de pasaportes, solicitudes de visados, compulsas de documentos, etc”, explica.

Aunque en ocasiones echa de menos “el carácter afable de los españoles, los ratitos de conversación o los cafés compartidos”, asegura que está viviendo esta etapa con mucha ilusión: “Disfruto realizando mi trabajo, así que profesionalmente me siento satisfecha. Además, tengo unos compañeros que me han acogido muy bien desde el principio, hacen que me sienta integrada y que el ambiente laboral sea muy agradable. Por otro lado, el hecho de trabajar en un Consulado de España me ayuda a sentirme como en casa, a pesar de la distancia”.

A la hora de desempeñar sus tareas profesionales, asegura que su formación en el grado de Management Assistant ha sido muy importante: “Destacaría todo lo referente a la Comunicación, porque los conocimientos adquiridos han sido fundamentales para expresarme correctamente. Lo aprendido en Informática también me facilita mucho las tareas. Por otro lado, la formación personal y humana recibida ocupa un papel imprescindible, pues el trato hacia los demás, con respeto y empatía, unido a la profesionalidad, son claves en el día a día para desarrollar con éxito mi trabajo. Por último, también tengo que decir que el inglés, sin duda, me ha servido muchísimo, ya que constantemente recibo llamadas, correos electrónicos, clientes… que solo hablan inglés y es importante que el idioma no sea un inconveniente”.

Cuando echa la vista atrás, recuerda sus años en la Universidad de Navarra “con cariño y como una etapa en la que tanto el ambiente, como las personas que me rodearon hicieron que me sintiera muy a gusto: desde los profesores, hasta el Capellán de la Facultad, o la Madre y las Hermanas del Colegio Mayor donde tuve la suerte de vivir”. Por todo ello, no duda en recomendar a los nuevos alumnos que “disfruten cada día en el campus, porque el tiempo pasa muy rápido; que aprovechen los recursos tan variados y enriquecedores que ofrece nuestra Universidad; y que participen en todo lo que puedan, para crecer tanto personal como académicamente”. A quienes el próximo mes de junio concluirán sus estudios, les anima a “aplicar todos los conocimientos adquiridos y a tener muy presente que trabajamos con personas, a que se esfuercen mucho, luchen y persistan hasta conseguir sus objetivos”.