Científicos de la red REPLIM estudian los lagos y turberas pirenaicos en un proyecto liderado por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) –centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)- en el que participa el Laboratorio Integrado de Calidad Ambiental (LICA) de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra. El objetivo es elaborar un plan estratégico de gestión y protección que proporcione recomendaciones a los gestores sobre la conservación de estos ecosistemas.

Como parte de las actividades del proyecto, un equipo formado por investigadores del IPE y de las universidades de Navarra, País Vasco y Pau-Pays de l'Adour (Francia) ha realizado distintos trabajos en el lago Sabocos, junto a Panticosa. Los científicos han recogido diversas muestras de agua a varias profundidades (en función del perfil de temperatura) para analizar posteriormente en el laboratorio diversos parámetros químicos. Además, también se recogieron datos de temperatura, pH, conductividad y contenido en oxígeno en toda la columna de agua y se descargaron los datos de temperatura de los registradores que se colocaron el año pasado. Asimismo, a lo largo del proyecto se han tomado muestras en otros lagos de la cadena montañosa.

El papel de los investigadores del LICA en el proyecto -David Elustondo, Esther Lasheras, Sheila Izquieta, Carolina Santamaría y Chusmi Santamaría- se centra es el estudio de la emisión de gases de efecto invernadero por parte de las turberas y en el efecto que los cambios de temperatura y precipitación proyectados por los modelos de circulación global tendrán en su comportamiento futuro. Para David Elustondo, investigador del Laboratorio, el estudio de estos ecosistemas singulares es especialmente interesante, “ya que las turberas son grandes sumideros de carbono capaces de almacenar un tercio del CO2 atmosférico secuestrado en los suelos a nivel mundial (hasta el 75% del CO2 atmosférico en la época preindustrial). En la actualidad existe una gran inquietud sobre cuál va a ser su evolución en respuesta al cambio climático, ya que pueden dejar el papel de sumidero de CO2 atmosférico que han desempeñado durante milenios, para convertirse en emisores netos de gases de efecto invernadero, incrementando así enormemente la concentración de CO2 en la atmósfera y multiplicando el calentamiento global.”

Medir el cambio climático en zonas especialmente sensibles

La red pirenaica de observatorios de ecosistemas vulnerables al cambio climático -lagos y turberas- está diseñada para responder al reto de evaluar el impacto del cambio climático en el territorio y desarrollar políticas de mitigación y adaptación basadas en el conocimiento científico. Para ello, en este proyecto se han seleccionado varios lagos y turberas en la cordillera Pirenaica en los cuales se realizar el seguimiento de los efectos del cambio climático, debido a que las zonas montañosas son especialmente sensibles y vulnerables, e incluyen ecosistemas particularmente sensibles, como los glaciares, lagos de montaña o turberas. Estos sistemas son, por ello, muy adecuados para el estudio de la variabilidad climática y la detección precoz de los cambios inducidos por el cambio climático.

El proyecto REPLIM –en el cual colabora el LICA de la Universidad de Navarra- pretende mejorar la cooperación entre los centros científicos, las entidades gestoras y los ciudadanos, estableciendo una red de observatorios de estos ecosistemas vulnerables que permita caracterizar el cambio climático a escala tanto local como de todo el territorio, identificando los impactos pasados, recientes y previsibles en el futuro. Esta red quiere homogeneizar los indicadores del cambio climático, sensibilizar a la ciudadanía de sus impactos y ayudar a definir una estrategia de gestión integrada con el desarrollo social y económico del territorio pirenaico. Aunque el proyecto REPLIM finaliza en 2019, la continuidad de la red establecida contribuirá a que se desarrolle y ejecute la estrategia y el plan de acción del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático en los próximos años.

Este proyecto está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, FEDER a través del programa POCTEFA 2014-2010. Incluye centros de investigación del País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña, de los departamentos franceses de Nueva Aquitania y Occitania y de Andorra. Por último, el Instituto Geológico y Minero, la CHE, la comarca de Sobrarbe y el Geoparque de Sobrarbe participan como asociados.