“El voluntariado te enseña a no querer a las personas a medias”
Paula Berroa, coordinadora de Tantaka Tecnun, hace balance del curso pasado con motivo del lanzamiento de la nueva web
24 | 09 | 2024
Tantaka-Tecnun es el Banco de Tempo de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra. En él, profesores, empleados y estudiantes ponen al servicio de las entidades sociales lo que tienen en común: su tiempo.
Con motivo del lanzamiento de la nueva web de Tantaka Tecnun, la coordinadora, Paula Berroa, hace balance del curso pasado y explica cómo se puede formar parte de este proyecto que “hacemos entre todos y en el que cabemos todos”.
P. ¿Cómo es la nueva web?
Es una web muy visual que se ha trabajado para visibilizar las distintas formas de hacer voluntariado y en la que aparecen testimonios, imágenes y noticias de las personas que forman parte de Tantaka.
P. ¿Cuáles son los objetivos de Tantaka?
Tantaka responde a las necesidades del entorno poniendo al servicio de la sociedad lo más valioso que tiene, que es el tiempo y el saber de sus estudiantes, profesores y empleados. Su objetivo es que todo aquel que quiera ayudar sepa cómo hacerlo.
El pasado jueves, participaron en el stand de Tantaka de la feria de actividades algunas personas con parálisis cerebral. Vinieron para contar la actividad de voluntariado que se organiza con ellos desde hace más de 15 años. La realidad fue que los estudiantes de 1º que se acercaron al stand no escucharon nada sobre Aspace. Simplemente vieron que había estudiantes de cursos superiores y profesoras con ellos, como un día más: comentando la jugada, riéndose… Tantaka, a través del ejemplo, tiene un efecto transformador.
P. ¿En qué consisten las actividades que se promueven?
Muchas organizaciones sociales lo repiten: la presencia está infravalorada, pero lo que más se necesita son personas que estén dispuestas a escuchar, compartir, abiertas a enseñar o aprender de otros, de su historia de vida, victorias o sufrimientos.
P. ¿Quién puede colaborar?
Puede colaborar todo aquel que tenga un poco de tiempo y quiera. Es un proyecto en el que cabemos todos y que, de hecho, hacemos entre todos. La clave está en pensar qué se quiere hacer y cuánto tiempo se está dispuesto a dar para complicarse la vida por algo que merece la pena. También hay empleados que colaboran hablando de Tantaka a sus asesorados, en una sesión de bienvenida… Todo suma.
P. ¿Qué actividades necesitan más voluntarios?
Tantaka “ayuda al que ayuda” en el sentido de que desde la Universidad no inventamos actividades, sino que nos sumamos a lo que las organizaciones sociales necesitan.
Lo que más se necesita y se repite todos los años son voluntarios semanales (1 hora y media a la semana) para ayudar a niños y niñas en situación de exclusión (mediante apoyo escolar o actividades de ocio); o personas que tengan cierta sensibilidad para estar con personas mayores o con discapacidad: salir a dar un paseo, tomar algo… Hay también campañas que pueden mantenerse o variar cada año.
P. ¿Cuál es el balance del curso 23-24?
Tantaka empieza a ser una marca reconocida y de prestigio entre las instituciones y entidades sociales de Gipuzkoa. Eso se ha conseguido gracias a la calidad del tiempo de los voluntarios, a los que me gustaría aprovechar para dar las gracias. Hay ONG´s que no solo nos invitan a sus eventos, sino que también quieren que los voluntarios de Tantaka formen parte de la ideación, por poner un ejemplo. El pasado curso nos invitaron a una jornada de voluntariado organizada por el Ayuntamiento de Irún para ver qué y cómo funcionaba el proyecto, y lo hicieron porque un antiguo alumno les había hablado de ello.
P. ¿Qué retos tiene Tantaka en Tecnun?
Hay muchos estudiantes que empiezan la carrera con la ilusión de que la Universidad pase por ellos y de hacer algo más que estudiar. Estos, antes o después, no solo se apuntan a alguna actividad de voluntariado, sino que la lideran y contagian a otras personas. Crean un ambiente especial y es una pasada lo que pueden conseguir cuando están entusiasmados. El concurso de Castillos de Arena de la Concha - en beneficio de ATECE Gipuzkoa- lo promovió una estudiante y consiguió que participaran más de 400 personas.
El reto de cada año está en llegar a los que todavía no saben que quieren hacer voluntariado, porque no se lo plantean o porque lo ven como algo abstracto, que no entienden bien y que, por tanto, no va con ellos.
Otro gran reto es el del compromiso, porque el voluntariado es exigente, pero te enseña a no querer a las personas a medias. A entender que si dices que sí, va a haber un niño o una niña esperándote un jueves para dar una clase de matemáticas o a que le preguntes qué tal le ha ido el problema que tenía.