En abril de 2009, la Universidad de Navarra anunciaba los proyectos seleccionados en el marco de la creación del nuevo centro de investigación en humanidades y ciencias sociales, que en 2010 se constituyó como el Instituto Cultura y Sociedad (ICS). Uno de ellos era ‘Educación de la afectividad y la sexualidad humana’ (EASH), que ha estado liderado desde sus inicios por el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública Jokin de Irala. 

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra, realizó un Máster en Salud Pública en Escocia (1987); obtuvo el grado de Doctor en Medicina (1990) y, en el año 2000, realizó un segundo doctorado en Salud Pública en EE. UU. Ha sido vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. Además de profesor en dicho centro, imparte clases en el Máster en Matrimonio y Familia y ha ofrecido numerosas conferencias en distintos países. También es miembro de la Pontificia Academia para la Vida.

Tras una década al frente de EASH, Jokin de Irala ha pasado el testigo de la dirección del proyecto a Alfonso Osorio, que compartirá dedicación con la docencia en la Facultad de Educación y Psicología. 

-¿Cuáles son los motivos del relevo?
¡Detrás de esta decisión hay... 10 años de trabajo! Han sido unos años muy interesantes. Con la ilusión por formar parte del inicio de una iniciativa importante como el ICS, con los retos y dificultades propias de proyectos que aún no tenían trazados los caminos a seguir. Muchas personas hemos tenido que acostumbrarnos a trabajar juntas, procedentes de diferentes disciplinas tanto dentro del proyecto EASH como dentro del ICS. Nuestro reto no era solamente poner en marcha los proyectos aprobados en su inicio, sino afianzarlos para que los grupos tuvieran continuidad. 

Una vez lograda la consolidación de aquellos, constituido un grupo de investigación y diseñados los planes de crecimiento para el futuro, seguimos también la recomendación de nuestra Junta de pensar en los relevos. En el caso de EASH hemos trabajado juntos durante cierto tiempo el investigador principal (IP) y el coinvestigador principal (coIP) Alfonso Osorio, y ha venido poco a poco la idea de que el cambio era bueno y posible. Cuando sientes satisfacción por el trabajo realizado y puedes contar con una persona perfectamente preparada para relevarte y liderar el futuro, la idea del cambio viene con sosiego y naturalidad.

-¿Cuáles son los pasos para llevar de forma adecuada la transición dentro de un proyecto de investigación?
No soy quién para dar lecciones a nadie sobre esto. Solamente puedo dar mis impresiones personales. Hace tiempo me hizo gracia encontrar en Google un texto sobre la “broncemia”. Era una especie de caricatura del profesor universitario, extensible al investigador. Invito a los lectores a que lo introduzcan en este buscador. Desde luego no quería que me afectara esa “enfermedad”. Creo que para que los proyectos, las ideas y los estilos de trabajo universitarios tengan buena continuidad, a la vez que una sana renovación, es importante, en primer lugar, delegar para preparar a los jóvenes y, en segundo lugar, dar el paso de entregarles el liderazgo de las diferentes responsabilidades universitarias. Un relevo mal preparado puede destruir todos los logros conseguidos hasta el momento. El reto de la universidad es avanzar consolidando posiciones. Y esto solamente es posible preparando primero a los jóvenes para confiar en ellos como relevos, mientras todavía tienen la energía requerida para el liderazgo.

Jokin de Irala y Alfonso Osorio durante una de las reuniones de trabajo del proyecto EASH del ICS.
Foto: Natalia Rouzaut.

-¿Cuál será tu papel en el ICS a partir de ahora?
Seguiré formando parte del grupo EASH como investigador senior. Estaré disponible para que no se pierda lo que pueda aportar desde la experiencia, pero respetando al nuevo IP para que pueda liderar con su propio estilo. Al principio, no participaré en las reuniones de grupo para facilitar su trabajo, pero estaré plenamente integrado en el trabajo que requieran los diferentes proyectos. Me hace ilusión poder dedicarme con más calma a estudiar y publicar, así como a atender con más tiempo a los alumnos en esa tarea tan característica de nuestra universidad: el asesoramiento personal. Apartarme de la gestión me permitirá una mayor dedicación en estos campos.

-¿Qué subrayas de tu experiencia como investigador principal de EASH?
Primero quiero destacar algunos aspectos negativos, que también los hay. Como IP puedes sentir muchos momentos de soledad y de incomprensión. Al profesor universitario e investigador, la gestión no es necesariamente lo que más le hace “vibrar”. Es fácil que tengas la sensación de que no se valora el esfuerzo que estás haciendo con este servicio.  Otro aspecto que puede dejarte perplejo es que, en ocasiones, se desconoce o no se comprende tu trabajo como investigador.

Pero afortunadamente lo positivo es mucho mayor. En cuanto a esto, lo que más destacaría de mi experiencia como IP estos años es el equipo de personas que han trabajado a mi lado. No solamente dentro del proyecto EASH –he contado con personas excepcionales– sino también entre los gestores que nos ayudan y entre los investigadores de los demás grupos. Somos todos muy diferentes, quiero recalcarlo, muy diferentes, pero es asombroso ver lo bien que hemos podido trabajar juntos estos diez años porque nos movían las mismas ilusiones universitarias. Me siento especialmente orgulloso de haber participado en este proyecto, con estas personas, y de haber podido consolidar un proyecto que ahora puede seguir avanzando.

-¿Cuáles han sido los hitos de EASH a lo largo de esta década?
Resaltaría tres grupos. En el plano investigador hemos publicado 31 artículos en revistas científicas de impacto, 15 libros, 9 informes técnicos y 3 respuestas rápidas a cuestiones de actualidad en revistas científicas. Hemos recibido financiación pública en varios subproyectos.

En el plano de la transferencia social hemos elaborado manuales para alumnos y padres de colegios sobre educación del carácter y educación afectivo-sexual que han podido alcanzar a unos 50.000 jóvenes. El perfil de Facebook de nuestro proyecto “Soy Amante” tiene 700.000 seguidores, la página web de “Jóvenes Hoy” con preguntas y respuestas sobre sexualidad ha recibido 1.600.000 visitas. Y los vídeos que hemos hecho cada año para fortalecer la “asertividad sexual” de los jóvenes se han hecho virales: han sido vistos por unos 140 millones de personas.

Finalmente, en el ámbito de la proyección hacia el futuro, quisiera destacar que hemos iniciado un ensayo clínico sobre la terapia matrimonial focalizada en las emociones, y un investigador de nuestro grupo realizará un postdoc en Harvard el curso que viene en un proyecto sobre “Human Flourishing” (plenitud humana) que abrirá nuevas oportunidades de trabajo.

-¿Qué objetivos os marcáis para esta nueva etapa?
Podría describir la etapa que empieza como igual de ilusionante que hace diez años. En primer lugar, porque partimos de un proyecto afianzado a pesar de que solo somos ocho personas y en segundo lugar porque tenemos nuevos objetivos para desarrollar en los próximos años. Y si me preguntas si volvería a embarcarme en esto, te contestaría que, sin duda, sí. Además, con la ventaja de poder aprender de los errores que he cometido.