Albert Recasens recupera la música para las ‘Cuarenta Horas’ de Sebastián Durón, genio exiliado del Barroco español
El disco, fruto del trabajo del investigador del ICS, reconstruye las ‘siestas’ de Las Cuarenta Horas, uno de los actos más relevantes celebrados en el siglo XVII en España
25 | 11 | 2024
Durante el siglo XVII, se desarrolló en distintas ciudades españolas una celebración religiosa conocida como las Cuarenta Horas. En esta ceremonia, se exponía el Santísimo Sacramento en el altar durante tres días, el tiempo que Cristo permaneció en el sepulcro. Sebastián Durón (Brihuega, 1660 - Cambo-les-Bains, 1716), uno de los grandes genios musicales del Barroco y maestro de la Real Capilla en la Corte de Felipe V, compuso música para este acto solemne y rodeado de cierto misterio. El trabajo del musicólogo Albert Recasens, investigador del grupo ‘Vínculos, creatividad y cultura’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, ha permitido la recuperación de uno de los actos de esta devoción, las conocidas como ‘siestas’. El disco Sebastián Durón. Música para las Cuarenta Horas, interpretado por el conjunto de música antigua La Grande Chapelle y editado por Lauda, supone la primera grabación mundial de esta celebración.
“Esta ceremonia surge en la época de la Contrarreforma y, mientras que en Italia los compositores empiezan a escribir música en latín y tienen prohibido hacerlo en italiano o cualquier otra lengua romance, en Madrid sucede algo fascinante: el repertorio se nutre de piezas a cuatro o menos voces en castellano”, explica el Recasens. Así, apunta que “de la mano de Durón, teníamos la oportunidad de reconstruir una de las ceremonias más importantes que se organizaban en la Corte todos los jueves, viernes y sábado de cada mes, a la que asistían la familia real y su séquito, nobles y embajadores”.
El investigador subraya que Durón, “fue un compositor que utilizó melodías muy pegadizas que provenían del ámbito profano, un repertorio vocal sacro con mucho sabor popular”. Este estilo propio puede apreciarse en las siestas, en las que se cantaban obras vocales de cámara combinadas con piezas instrumentales. En este disco se incluyen fundamentalmente tonos y villancicos al Santísimo “cuyos textos populares son una maravillosa mezcla de candidez y sofisticación”.
Para su recuperación, Recasens ha recurrido a fuentes de Madrid, El Escorial, Jaca, Palencia, Segorbe, Barcelona, Segovia, Valencia, Canet de Mar, Ciudad de Guatemala y Sucre. Una de las singularidades de este trabajo, que recrea de forma fiel el sonido de las fiestas, es el uso de los bajoncillos, una suerte de fagot de pequeño tamaño, utilizado durante el siglo XVI y de una sonoridad ruda. “Prácticamente no se ha grabado nada con bajoncillos, pues son difíciles de encontrar, hay muy pocos instrumentistas que dominan su técnica e implican distintas dificultades. Para la ocasión, nos los prestaron y hubo que hacer unas transposiciones para que pudiera interpretarse junto a otros instrumentos históricos”, recuerda.
Otro aspecto a destacar en la grabación, realizada en el Monasterio de Santa María de Zenzarruza (Vizcaya), es la oportunidad de contar con un órgano de José de Echevarría de 1686: “Es un instrumento coetáneo de Durón. Se restauró y suena con los tubos de época, con el tono que escuchaba el compositor”. Además, las arpas empleadas también son de época barroca.
El resultado, de gran valor patrimonial, permite no solo la reivindicación de uno de los grandes músicos del Barroco español, exiliado en Francia debido a su apoyo expreso a la Casa de Austria durante la Guerra de Sucesión, sino también la recreación de una ceremonia única desde una sonoridad fiel a la del siglo XVII. La grabación ha contado con el apoyo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en cuya colección ‘Música Poética’ se publica el disco y de la Comunidad de Madrid.