Montserrat Soldado es supervisora de Consultas Externas en la Clínica Universidad de Navarra. La pandemia de covid-19 está suponiendo para ella un aprendizaje continuo e importante. “Desde el inicio, en el área de consultas pusimos en marcha distintos protocolos que se han ido modificando y adaptando a las circunstancias. Mi día es toda una aventura, con imprevistos que surgen, protocolos que cambian y de los que hay que informar a todo el personal, medidas para proteger de posibles contagios a los pacientes que siguen viniendo a consultas… Sé cuándo empiezo mi jornada laboral, pero no cuándo la termino”, explica.

Montserrat tiene aproximadamente a 200 personas a su cargo, entre enfermeras, auxiliares, fisioterapeutas, nutricionistas y técnicos. Con tanto personal y tantos servicios a su cargo, su día a día ya era intenso antes de la pandemia. Ahora, todo es diferente. La enfermedad ha obligado a realizar cambios en cuanto a la organización del personal y de las propias consultas, a implementar protocolos nuevos e incluso a crear nuevos departamentos.

“Tuvimos que reorganizar toda la plantilla de consultas para seleccionar a las personas que se trasladaban para reforzar otras áreas (las plantas COVID y no COVID, UCI, AHE, laboratorio y urgencias) y restructurar la actividad de consultas con el personal que se quedaba”, recuerda. “También se han abierto departamentos nuevos para revisión de pacientes COVID pertenecientes a la consulta de infecciosas, se ha creado y organizado otro departamento para realizar PCR a pacientes con distintos procedimientos de alto riesgo y, recientemente se ha puesto en marcha el protocolo de Triaje, asumido por el personal de consultas, para todos los pacientes que acuden a la Clínica ante la recuperación de la normalidad. Debido a la escasez de material, también hemos puesto en marcha un protocolo de esterilización de mascarillas, con auxiliares de consultas; y se ha creado una zona para realizar las serologías de los profesionales de la Clínica”, enumera. “Además, está todo el tiempo que nuestros profesionales han dedicado a la atención telefónica de los pacientes que, por el estado de alarma, no se han podido desplazar. En esta misma línea, se ha instaurado la opción de que los pacientes puedan realizar teleconsulta para que se sientan atendidos en todo momento y puedan aclarar sus dudas.”

Todas estas novedades, han requerido de mucha organización y planificación; o en palabras de la propia Montserrat, “de estrategia”. Como antigua alumna del Máster Universitario de Práctica Avanzada y Gestión en Enfermería de la Facultad de Enfermería, los conocimientos adquiridos en el posgrado le han ayudado a afrontar estos meses. “Me he acordado bastante de la asignatura de Planificación Estratégica del profesor Ricardo Mateo. Es importante pensar, definir y planificar, ya que afrontar la pandemia con la mejor preparación posible es fundamental. Nos está tocando vivir un momento histórico en el que todo es nuevo y se van investigando y conociendo más datos a tiempo real. Indudablemente, la formación que me ha aportado el Máster me está ayudando. Es como un TFM práctico, donde entran en juego todas las asignaturas”, reconoce. “También, Enfermería basada en la evidencia está siendo básica y gracias a todo lo que aprendí, puedo informarme en las bases de datos y buscar artículos que me ayuden en mi día a día. En definitiva, todos los conocimientos que me han aportado las distintas asignaturas me están proporcionado una base que sin el Máster no hubiera tenido”, concluye Montserrat.

Como ella, otras antiguas alumnas del Máster también se están sirviendo de todo lo aprendido en el Máster para afrontar estos momentos.

Mar Ruiz-Retegui, enfermera también en la Clínica Universidad de Navarra, reconoce que a veces es complejo poner en práctica los conocimientos que se adquieren en el Máster. “Si de algo he sacado provecho ha sido de la importancia de evidenciar las decisiones que se toman, no solo en el cuidado sino también a la hora de dar con fuentes fiables para la transmisión de información a familiares y amigos ajenos a la profesión”, explica. “Mi experiencia enriquecida por el máster me ha llevado a acompañar en presencia e intención dentro de lo posible a los pacientes, escuchar sus preocupaciones y entender qué quieren decir cuando me cuentan sus reflexiones, y acertar en que necesidad hay detrás de ellas. La madurez a nivel personal y profesional que se adquiere por los conocimientos del máster han marcado ahí la diferencia”, asegura Mar.

También para Mailén Moyano, que trabaja en el Complejo Hospitalario de Navarra, cursar el Máster ha sido clave para enfrentarse a esta pandemia: “El MPAGE me ha proporcionado las herramientas para entender conceptos epidemiológicos y comprender así los datos de alcance de la pandemia. Además, los conocimientos adquiridos durante el desarrollo del máster también me están permitiendo comprender los estudios que se están llevando a cabo y la interpretación de sus resultados”, explica.

“Antes de la pandemia trabajaba como directora de la Especialidad de Enfermería Oncológica y docente del área de investigación. Me encontraba, por lo tanto, trabajando en el ámbito de la gestión académica y la docencia en la Universidad Austral, en Argentina”, cuenta María Victoria Brunelli, otra antigua alumna del Máster. “A raíz de la pandemia la Universidad ha decidido poner en marcha un Hospital Solidario para pacientes sin recursos que no posean cobertura médica. Se proyecta como un hospital que trabaje en estrecha relación con el Municipio en la atención de pacientes afectados por el virus. Como proyecto me interesó y no dudé de ofrecerme para trabajar allí como enfermera si era necesario”, recuerda María Victoria. Y así fue. Cuando se encontraba inmersa en la adaptación de sus clases a la docencia online, la llamaron. “Estamos trabajando para poner en marcha el Hospital Solidario como hospital de campaña que funcionará de apoyo a las unidades de salud pública de la zona. Proyectamos comenzar hacia fines de mayo o junio, cuando aquí comienza el invierno y se espera el pico de contagios”, explica. “La tarea resulta sumamente enriquecedora. ¡Tenemos que poner en marcha un hospital en uno o dos meses! ¡Estoy aprendiendo muchísimo en todos los ámbitos! No dudo de que es el momento de mostrar lo que la Enfermería es capaz de hacer y donde la elección profesional de muchos de nosotros parece ponerse de pie”, concluye.

Desde Ecuador, Maya Karina Montalvo, también, cuenta como la emergencia sanitaria ha obligado a reorganizar a todo el personal para cubrir las áreas con mayor demanda. Ella trabaja en el Hospital Carlos Andrade Marín, en Quito. “El Máster me ha servido mucho para ser apoyo y colaborar en la planificación y gestión de procesos para estas áreas, ya que se realizaron muchos cambios a nivel institucional”, explica.

También desde el ámbito de la gestión está viviendo Naia Hernantes la pandemia. “He pasado el confinamiento teletrabajando y haciendo voluntariado en mi comunidad. He continuado con mi trabajo, que se centra en la creación de una mesa intersectorial de salud en el gobierno”, explica. “Pero, además, he contribuido aportando la evidencia científica más reciente en relación a la covid-19 para mantener al día a la mesa de crisis constituida en el Ayuntamiento de San Sebastián para afrontar la pandemia”, concluye.