“Debemos identificar aquello que nos hace sentir bien, introducirlo en nuestro día a día y aceptar todos los sentimientos pero dosificándolos”
Mª Teresa Lluch Canut, catedrática de Enfermería Psicosocial y Salud Mental en la Universidad de Barcelona, impartió una sesión en el Diploma en Psicología del Cuidado de la Facultad de Enfermería
FOTO: Cedida
“Debemos identificar las cosas que nos ayudan a sentirnos bien o a sobrellevar mejor las tensiones y dificultades; introducirlas en nuestro día a día; y aceptar todo tipo de sentimientos y emociones pero dosificarlas en base a intensidad, duración, frecuencia y consecuencias”.
Así lo explicó María Teresa Lluch Canut -catedrática de Enfermería Psicosocial y Salud Mental de la Universidad de Barcelona- invitada en un seminario que forma parte del Diploma en Psicología del Cuidado del Grado en Enfermería de la Universidad de Navarra. Este Diploma se enmarca en el Departamento de Enfermería Comunitaria y Materno-Infantil y está coordinado por la profesora Elena Bermejo.
En su sesión la experta habló sobre la importancia de la salud mental positiva en y para los cuidados en Enfermería: “Podemos estar preocupados o enfadados, pero dosificando ese sentimiento”. Asimismo, enfatizó el gran valor de la salud mental positiva para los profesionales de la Enfermería: “Por dos razones básicas: porque les dota de estrategias y recursos para afrontar situaciones complejas de una forma emocionalmente más saludable -tanto en aquellas vinculadas al paciente y su familia como en las referidas a los equipos y estructuras sanitarias en las que se integran-; y, en segundo lugar, porque favorece la capacidad de autocuidado mental”. “El autocuidado es un requisito para cuidar: cuanto mayor es la capacidad de autocuidado profesional, mayor es la posibilidad de poder ayudar a los demás”, enfatizó la Dra. Lluch.
Respecto a la situación anímica en la que se encuentran los profesionales sanitarios en medio de esta pandemia, la experta considera que la COVID “está generando una situación de presión doble –los profesionales son población general también, así que tienen dos roles- en unas condiciones inimaginables hasta ahora. Y la situación está demostrando que, en la mayoría de los casos, poseen una salud mental positiva muy fuerte y resistente”. “A pesar de que puede haber un porcentaje más elevado de profesionales en riesgo de sufrir problemas de salud física y o mental, en general siguen resistiendo y cuidando con motivación con toda la calidad asistencial que la situación permite”, añade la experta.
A su parecer, las carencias en este ámbito se encuentran “en el sistema”: “Los profesionales que no son capaces de resistir y afrontar esta situación deben recibir más ayuda de los servicios de salud mental y en las condiciones socio-laborales que tienen”.
La población general, por su parte, también sufre lo que denomina “analfabetismo en temas de salud mental”: “Es importante tomar conciencia y aplicar cosas que nos ayudan a estar mejor mentalmente, como valorar las cosas buenas que tenemos, buscar espacios para descansar la mente, potenciar las relaciones con personas que nos hacen sentir bien, etcétera”.
Respecto al Diploma en Psicología del Cuidado del Grado en Enfermería, la catedrática de la UB resalto que “falta mucha más formación específica y especializada. Se dedican muy pocos créditos de formación troncal a los aspectos psicosociales de los cuidados y esto debería cambiar. Si se atiende al cuidado integral (bio-psico-social), dos tercios de los aspectos que el profesional de Enfermería desarrolla en su trabajo cotidiano son de tipo psicosocial. Por ello, este Diploma supone un gran avance en la formación: complementa el Grado y evidencia la necesidad de reforzar los aspectos psicosociales del cuidado, con profesionales capacitados para responder a los requerimientos psico-emocionales propios y de las personas que cuidan”.