“En muchos clérigos y laicos permanece la idea de que el sacramento del orden sitúa en un estatus privilegiado a quien lo recibe”
La profesora de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, María García-Nieto, publica ‘La presencia de la mujer en el gobierno de la Iglesia. Perspectiva jurídica’
“En muchos clérigos y laicos permanece la idea de que el sacramento del orden sitúa en un estatus privilegiado a quien lo recibe”. Así lo afirma María García-Nieto Barón, profesora de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad y autora del libro La presencia de la mujer en el gobierno de la Iglesia. Perspectiva jurídica, recientemente publicado en la editorial EUNSA.
Para García-Nieto la cuestión viene de lejos, “es histórica” y asegura que el problema de fondo es olvidar que gobernar es servir: “El papa Francisco ha tenido palabras muy duras contra esta realidad, es lo que se llama ‘clericalismo’”. La autora destaca que la cuestión teórica es también compleja pues hay que aclarar todavía en qué medida la potestad eclesiástica requiere el sacramento del orden. Esto exige un estudio detallado, que se sintetiza también en el libro.
De su tesis se desprende que “un buen gobierno necesita a las mujeres”, algo que el mismo papa Francisco explicó en el encuentro con los religiosos de Roma en mayo de 2015: “Cuando hombres y mujeres trabajan juntos, poniendo en común sus cualidades y diferentes visiones de la vida, los resultados a la hora de tomar decisiones son mejores y más acordes con la realidad”.
Según señala, esto se reafirma en el magisterio, que presenta al varón y a la mujer como complementarios y, a la vez, necesarios para construir la sociedad y la Iglesia. “La clave está en la complementariedad. No es cuestión de estereotipos que reducen lo que significa ser varón o mujer, es más profundo. Me gusta mucho lo que dijo el papa Francisco, después de una intervención de Linda Ghisoni en el encuentro para la protección de menores que hubo en el vaticano en 2019, afirmó que ‘invitar a una mujer a hablar es invitar a la Iglesia a hablar sobre sí misma’, por lo que era importante una mayor integración de las mujeres”.
“El clericalismo olvida que todos los bautizados son, de la misma manera, Iglesia”
María García-Nieto considera que cambiar este pensamiento es clave por muchos motivos, pero sobre todo porque “el clericalismo olvida que todos los bautizados son, de la misma manera, Iglesia. En todos recae el peso de llevar a cabo la misión”. Asimismo, aclara que esto no consiste en ocupar cargos de responsabilidad o de gobierno, verlo así nos llevaría a pensar que en la Iglesia unos son más importantes que otros, sin embargo, no hay fieles de mayor o menor categoría. “Al Papa le gusta resumirlo diciendo que ninguno fue bautizado obispo, todos hemos sido bautizados laicos”, señala.
Las últimas estadísticas facilitadas por el Vaticano en el Anuario Pontificio señalan que el porcentaje de mujeres en el Vaticano ha aumentado, en diez años, casi del 19,2% al 23,4%. “Lo cierto es que no todos estos puestos se tratan de cargos con responsabilidad”, afirma.
La experta en Derecho Canónico se muestra optimista. Asegura que, aunque aún ninguna mujer ocupa el “número uno en un dicasterio”, tal vez pronto lo veamos: “La nueva regulación de la Curia romana, la Praedicate Evangelium, permite explícitamente que un laico pueda presidir un dicasterio u organismo. Y en una entrevista reciente, el Papa afirmaba que tiene ya en mente a una mujer laica para presidir un dicasterio”.