“El profesor Lejeune era reconocido por su categoría científica aun por aquellos que diferían de su defensa de la vida”

“Había padres que esperaban durante meses para poder tener una consulta con él y, cuando salían, confesaban que no les había dicho nada nuevo, pero les había enseñado a amar a sus hijos”. Es uno de los recuerdos del profesor Jérôme Lejeune que la Dra. Pilar Calva, discípula suya, compartió en un coloquio en la Universidad de Navarra cuando se cumplen 50 años del nombramiento como doctor Honoris Causa del padre de la genética moderna.

El profesor Lejeune identificó en 1958 la trisomía del par cromosómico 21 que define el Síndrome de Down, lo que abrió la vía a la citogenética. Sus trabajos le llevaron a reflexionar sobre las grandes cuestiones de la vida humana y sobre el papel que la Medicina y la investigación deben tomar en defensa de los más débiles. Fue nombrado por San Juan Pablo II primer presidente de la Academia Pontificia para la Vida.

La también genetista y experta en bioética, relató cómo sus inicios en el ejercicio de la Medicina distaban mucho de lo que aprendió en París en la década de 1980, cuando su mentor, “muy liberal”, la envió para hacer su tesis sobre genética con el Dr. Lejeune. “En aquella época, yo estaba enganchada a la cultura de la muerte, repartiendo anticonceptivos en un pueblo pobre y estaba a favor del aborto”.

Sin embargo, su visión de la Medicina cambió en el “humilde” laboratorio del profesor Lejeune. “Me dijo que mi trabajo de tesis iba a ser un trabajo de laboratorio, algo que nunca me gustó porque yo prefería la bioética clínica. Sin embargo, me pidió que lo hiciera cuando no estuviera con él en consulta… y acabé siendo casi como su sombra”. Así, en los meses que duraron sus dos estancias en París, se contagió de otra forma de comprender las enfermedades genéticas: “Aprendí más de ética que de genética por su testimonio de congruencia. Lo primero que hizo el profesor Lejeune fue dignificar a los pacientes, a los que seguía desde el nacimiento hasta que fallecían. Su aspiración era buscar la ciencia detrás de lo que veía clínicamente, y por eso era reconocido por su categoría científica aun por aquellos que diferían de su defensa de la vida”.

Doctor Honoris Causa en 1974

La visita de la Dra. Pilar Calva a la Universidad de Navarra se produjo en el 50 aniversario del nombramiento del profesor Lejeune como doctor Honoris Causa en 1974. Aprovechando la efeméride, la Dra. Calva conoció distintos lugares del campus significativos de aquel momento como el Aula Magna, acompañada de Pablo Siegrist, director general de la Fundación Jérôme Lejeune en España. También mantuvo un encuentro con la rectora María Iraburu, que le entregó una fotografía a modo de recuerdo del momento en el que San Josemaría Escrivá, entonces Gran Canciller de la Universidad, hacía entrega a Jérôme Lejeune de su nombramiento.

En 2021, el Papa Francisco declaró al Dr. Lejeune venerable, dando así un paso más en su proceso de canonización.