La oración, los sacramentos y la ayuda a los demás han sido las claves del mensaje del papa Francisco en la JMJ de Brasil, según indica el teólogo de la Universidad de Navarra Pablo Blanco.

En cuanto a la oración, el profesor Pablo Blanco asegura que el Santo Padre ha insistido en que "la personal e intransferible relación de cada cristiano con Dios se concreta y se hace realidad en el diálogo, en la conversación personal con Dios. Un cristiano sin oración es medio cristiano. También los jóvenes deben aprender a fondo este arte de la oración".

Con respecto a los sacramentos, el experto de la Universidad de Navarra afirma que "Dios se hace presente entre nosotros en Jesucristo, que nos entrega los sacramentos para encontrarle a Él. Tampoco puede haber un verdadero cristianismo sin sacramentos: bautismo, penitencia, eucaristía, matrimonio... Un ejemplo claro ha sido el alto número de confesiones y comuniones que ha habido en esta JMJ. Los jóvenes van también en esa línea".

Decidida aceptación del mensaje de Jesús por parte de los jóvenes

La ayuda a los demás ha constituido otro de los pilares del mensaje del Papa, añade Pablo Blanco: "Es una obligación para todo cristiano y se está convirtiendo en la consigna de este pontificado. Los pobres no constituyen un problema solo latinoamericano, sino que -como dijo Jesús- ‘siempre los tendréis entre vosotros'. Un cristiano no puede desentenderse de esta realidad y mirar hacia otro lado".

Para el profesor de la Facultad de Teología del campus pamplonés, el balance de la JMJ es "positivo y esperanzador": positivo porque "la acogida dada por los brasileños y latinoamericanos demuestra que sigue siendo un continente cristiano. El Nuevo Mundo ama también al Papa, y lo ha expresado con la exuberancia y la vitalidad que le caracteriza" y esperanzador porque "se ve que  el Papa venido ‘del fin del mundo' tiene un relevo muy numeroso...".

"La clave de la JMJ -puntualiza este teólogo- ha sido la decidida aceptación del mensaje de Jesucristo por parte de los jóvenes. Los tres millones de asistentes lo demuestran. Frente a la pesimista acusación de que la Iglesia ya no tiene nada que decir a las futuras generaciones, se repiten una y otra vez este tipo de respuestas masivas".