Investigadores del proyecto ‘Youth in Transition’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra han desarrollado una encuesta sobre bienestar y uso de tecnología durante la cuarentena con motivo de la pandemia de coronavirus. Solicitan voluntarios para rellenarla de forma anónima a través de este enlace.

“El estado de alarma por el coronavirus nos ha confinado a nuestros hogares y ha disparado el uso del móvil y el entretenimiento digital. Hemos diseñado este cuestionario para explorar el bienestar personal de los ciudadanos en estas circunstancias tan especiales”, explica Javier García-Manglano, investigador principal del proyecto.

La encuesta se enmarca en el estudio “WISE-UN” (Bienestar en el uso de internet, redes sociales y entretenimiento digital) del ICS, que explora el efecto que el consumo digital tiene en el bienestar personal. Aglutina expertos en sociología, psicología y comunicación para abordar los factores individuales y contextuales que influyen en el uso de la tecnología móvil. 

Una cuestión interdisciplinar

Para el profesor García-Manglano, “en el uso que se hace de la tecnología confluyen factores diversos, que requieren un enfoque interdisciplinar”. Menciona que, hasta el momento, “el énfasis se ha puesto en cuestiones psicológicas, como la personalidad o la autoestima. Aunque estas son importantes, no debemos olvidar que un mal uso de la tecnología también puede responder a carencias relacionales”. 

Por ello, considera preciso conocer el contexto sociológico del usuario: “En muchos casos, conductas problemáticas en el entorno virtual tienen su origen en carencias y sufrimientos del mundo real”.

Con respecto al confinamiento domiciliario por la pandemia, Claudia López, psicóloga del proyecto, ha destacado que “también debemos dirigir nuestra atención a los ‘síntomas silenciosos’ derivados del coronavirus”. Según apunta, las medidas de la crisis actual “suponen un cambio que favorece la presencia de síntomas como ansiedad, estrés, miedo y sentimientos de soledad”. 

“En estos momentos de incertidumbre -añade-, el uso que se haga de la tecnología desempeña un papel importantísimo en lo que respecta a la salud mental. Utilizada de forma negativa puede aumentar la sensación de descontrol y centrar nuestra atención solo en lo negativo; lo que conocemos como ‘sesgo confirmatorio’”. 

O bien, subraya, “puede utilizarse como un medio de apoyo para afrontarlo de manera resiliente. Nos encontramos en un momento único para comprender mejor los usos positivos de la tecnología a favor de un mayor bienestar digital”.

El equipo de investigación incluye también a Charo Sádaba, decana de la Facultad de Comunicación y experta en el impacto de la tecnología específicamente en el público joven.