Antonio Villuendas, un alumno de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra que posee una discapacidad auditiva, pronunció un discurso durante la visita del Papa a la Fundación Instituto San José. El encuentro tuvo lugar dentro de los actos previstos en la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebró en Madrid del 18 al 21 de agosto.

Antonio Villuendas explicó que, si bien nació con "un problema que a todos pareció insuperable", el hecho de enfrentarse a obstáculos como el suyo ayudan a "ser mejores y superarse".

"Mamá siempre me ha dicho que si yo no fuera sordo, no sería como soy", relató, al tiempo que aseguró sentirse integrado "por la amistad de compañeros y familiares". Por último, dio las gracias al Santo Padre "por ser tan cercano" y porque "su presencia nos indica cuál es el camino a seguir; y éste es Jesucristo, un amigo que te sostiene a lo largo del camino".

Durante el acto, Benedicto XVI defendió la dignidad de "cada vida" ante las más de 400 personas que le recibieron, entre jóvenes con discapacidad, familiares y cuidadores. El Papa subrayó que la sociedad actual, "en la que demasiado a menudo se pone en duda la dignidad inestimable de la vida, de cada vida", necesita a personas con discapacidad: "Vosotros contribuís decididamente a edificar la civilización del amor".

Por su parte, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, destacó la labor del Instituto Fundación San José en el contexto de "una sociedad profundamente herida por las crisis del matrimonio y de las familias, de la que son víctimas principales los niños y los jóvenes, máxime cuando se encuentran en situaciones de enfermedad, discapacidad y de abandono físico y psíquico".

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