El Centro de Simulación ayuda a perfeccionar los conocimientos adquiridos por los alumnos de Medicina
El Centro de Simulación Médica de la Universidad de Navarra se inauguró en enero de 2010, y desde septiembre del mismo año, es escenario de clases prácticas para los alumnos de Medicina. El objetivo: que los estudiantes adquieran las competencias médicas necesarias para el desarrollo de su actividad.
El centro nació con el plan Bolonia, cuando se impuso la necesidad de realizar prácticas para desarrollar determinadas competencias médicas como algunas destrezas técnicas, trabajo en equipo, habilidades comunicativas, o análisis de situaciones. Los alumnos de Medicina practican en simuladores para adquirir confianza, y a su vez, una vez ejerzan su profesión, infundir confianza en el paciente.
De acuerdo con el doctor en Educación Gregorio Mañeru, Director Técnico del Centro de Simulación, se trata de "un cambio profundo", porque se pasa de dar clases teóricas a sesiones enteramente prácticas. Según sus palabras este cambio es profundo pues "integra muchos aspectos teóricos-prácticos y porque en los escenarios se debe estar activo y tomando decisiones de continuo, sin tiempo apenas teniendo tiempo para pensar".
La misión del Centro de Simulación es que los estudiantes adquieran y perfeccionen sus conocimientos médicos y competencias en el manejo de situaciones críticas sin poner en riesgo al paciente, es decir, proporciona entrenamiento en situaciones clínicas poco habituales. También se perfeccionan las habilidades específicas de las diferentes especialidades del posgrado.
Estas prácticas en el Centro requieren de un "importante despliegue" de profesores, tanto de médicos especialistas como de residentes. Al inicio de la carrera los alumnos de Medicina tienen entre 12 y 15 talleres prácticos, en 2º las prácticas son optativas, y en 3º cuentan, otra vez, con 10 talleres de 2 horas. A partir de cuarto los estudiantes realizan prácticas según especialidades: oftalmología, anestesia, ginecología, obstetricia…
Existen también distintos tipos de prácticas, que aumentan progresivamente en complejidad. La que requiere una mayor atención y también, una mayor destreza, es la práctica en un escenario. En éste, los alumnos no sólo deben regirse por un protocolo estándar (examinar el historial clínico, exploración del paciente, diagnóstico, tratamiento y evaluación), sino que deben desarrollar sus habilidades comunicativas para enfrentarse a la familia del paciente, que interpretan miembros de los grupos de teatro de la Universidad.
Después, los alumnos y el profesor realizan un debate sobre lo sucedido en la práctica, que, además, es grabada para un posterior análisis de los profesores, La sala de escenarios cuenta con tres cámaras incorporadas para registrar la práctica.
Además, el centro posee otros dispositivos de comunicación avanzados, que incluyen televisores, ordenadores, audios, proyectores, etc. También cuentan con instrumental médico real como un desfibrilador, que se utiliza para reanimar a las personas que han tenido un paro cardiaco.
El número de alumnos en cada taller varía: según aumenta la complejidad de la práctica el número de estudiantes disminuye. Y aumenta el número de profesores.
El Centro cuenta con gran variedad de simuladores, desde los más básicos hasta los más complejos: robots que reproducen las diferentes variables en las que puede derivar una patología: fiebre, vómitos, respiración irregular, convulsiones...