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Liderazgo histórico (1). La determinación de Vasco Núñez de Balboa

01/07/2024

Publicado en

Expansión

Pilar Latasa |

Profesora de Historia de América

Las cosas no le podían haber ido peor a Vasco Núñez de Balboa, un joven hidalgo de Jerez de los Caballeros. Se enroló en la expedición de Rodrigo de Bastidas, que partió de Cádiz en 1501 y recorrió por primera vez las costas caribeñas de las actuales Colombia y Panamá. La pequeña flota quedó inservible al tocar el oeste de la isla La Española, y los expedicionarios tuvieron que caminar por la selva varias jornadas hasta llegar a Santo Domingo. Allí, participó en una conquista organizada por el gobernador Nicolás de Ovando y fue premiado con tierras donde trató de emprender la cría de cerdos, pero fracasó y se endeudó.

Como sus acreedores no le permitían abandonar la isla, en 1510 se embarcó clandestinamente en la flota de Martín Fernández de Enciso, pero fue descubierto y estuvo a punto de ser abandonado en una isla. Superviviente de un cuasinaufragio, una quiebra y una condena a morir en una isla abandonada, Balboa llegó a lo que sería Cartagena de Indias. Pronto supieron que Ojeda había fracasado en su intento de fundar una población en un lugar insalubre de indígenas belicosos. Herido y desencantado, había abandonado a sus hombres y regresado a La Española. Los de Enciso afrontaron entonces la disyuntiva de regresar o buscar otro lugar para fundar una nueva población.

En ese momento de incertidumbre, su intuición y determinación fueron decisivas: había recorrido aquellas costas en 1501 y recordaba un poblado indígena pacífico con recursos abundantes. Siguiendo sus indicaciones, se dirigieron hacia la costa occidental del golfo de Urabá, cerca de la actual frontera entre Colombia y Panamá, donde establecieron en noviembre de 1510 el asentamiento Santa María la Antigua del Darién. Sería la primera ciudad española fundada en el continente americano.

Balboa aprovechó el descontento hacia Enciso, por la falta de incentivos, para proponer que se nombrara un cabildo que gobernara la ciudad. Los expedicionarios autoeligieron a los miembros de la corporación y el más votado fue Balboa, quien en poco tiempo había asentado su liderazgo a base de empatía y estímulos a la hueste. Con esta maniobra legal, el cabildo de Santa María la Antigua comenzó a actuar como la máxima institución real en el territorio, por supuesto por encima de Enciso, quien decidió regresar a España para reclamar sus derechos.

La noticia de esta fundación llegó al otro gobernador enviado a Tierra Firme, Diego de Nicuesa, quien se encontraba a unos 300 kilómetros al oeste, en el istmo, y tampoco había logrado dominar el territorio de Veragua. Nicuesa regresó para reclamar la nueva población, pero el cabildo de Santa María le impidió desembarcar y se negó a reconocerlo. Despechado, puso rumbo a La Española para validar sus capitulaciones, pero su barco naufragó y murió en alta mar.

A partir de agosto de 1511, Núñez de Balboa, convertido en líder indiscutible, aprovechó su empatía para negociar pactos con más de veinte caciques de la zona. Esta cercanía favoreció que los indígenas le comunicaran la existencia de otro mar hacia el sur. Los castellanos llevaban más de una década buscando un estrecho que les permitiera pasar al otro océano y llegar a Asia por occidente. América era todavía percibida como una barrera que obstaculizaba esa meta. Balboa no se conformó con los éxitos logrados y en septiembre de 1513, tras cruzar el istmo a través de la selva y la cordillera, llegó al que llamó el Mar del Sur. El impacto geoestratégico de este hallazgo fue enorme: cambió la percepción del Nuevo Mundo e impulsó la primera circunnavegación terrestre que convirtió el Pacífico en un “lago español” y abrió la puerta al dominio del archipiélago filipino.

Aunque la historia de Vasco Núñez de Balboa no acabó bien, su legado marcó el proceso de dominio territorial de América. Se convirtió en el paradigma de conquistador y muchos, como Cortés, lo imitaron; sin embargo, apenas lograron mantener el equilibrio en el que la negociación prevalecía sobre la violencia.