Josep-Ignasi Saranyana, Profesor ordinario Emérito de Teología
Problemas en Fagor y Eroski
Me inquietaba hace semanas descubrir los entresijos del descalabro de Fagor. Para quienes no lo sepan, Fagor es una de las cuatro patas de la impresionante Mondragón Corporación Cooperativa (MCC), un proyecto ideado hacia 1955 por el sacerdote vasco José María Arizmendiarrieta. MCC es, además, el grupo empresarial cooperativista mayor del mundo.
Con curiosidad he vuelto a la fenomenal biografía de Arizmendiarrieta, redactada por Fernando Molina (2005). Compensa adentrarse en la lectura de este libro, que describe la edificante vida de este presbítero, pionero del apostolado social, desde su ordenación sacerdotal, acaecida en 1941, hasta su fallecimiento en 1976. Este cura se empeñó en elevar el nivel económico y la vida espiritual de su parroquia y, para conseguirlo, creó allí, en 1943, una escuela profesional. Después vendrían las fábricas, las cooperativas de consumo (ahora Eroski), la Caja Laboral y finalmente la transformación de la escuela profesional en una universidad y muchas más cosas. Don José María pretendía una reforma moral y estructural de la empresa capitalista, según el ideal de cooperación, unión e igualdad. Y todo ello, en plena crisis secularizadora del País Vasco y durante los años de plomo del terrorismo.
Mientras consideraba estas cosas, he podido asistir a la intervención de Alfredo Pastor (IESE) en las "Jornades de Qüestions Pastorals de Castelldaura" (Facultat de Teologia de Catalunya). Pastor abrió su intervención con una sorprendente sentencia, tomada de Stefano Zamagni: "Una sociedad basada sólo en la solidaridad es una sociedad de la que todos tienen ganas de escapar". ¿Y qué hacer cuando se llega a este callejón sin salida? Solamente podemos obviarlo apelando a la fraternidad cristiana, que nunca defrauda, concluía Pastor. Y esto sólo se alcanza cuando los valores de la familia cristiana se trasladan también a la empresa y a la vida pública. "Sin fraternidad, una sociedad es insostenible".
¿Acaso se han traspasado los límites de la solidaridad en el caso Fagor? Parece que sí, pues algunas empresas del grupo MCC no han querido rescatar a otras con dificultades. Pero, no todo ha sido insolidaridad. Hay que considerar, además, otra causa: que sin innovación y nuevos productos no se avanza.