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J.R. Pin Arboledas, Profesor del IESE, Titular de la Cátedra de Gobierno y Liderazgo en la Administración Pública.

Reforma laboral, ¿será posible?

vie, 02 dic 2011 09:43:57 +0000 Publicado en Eleconomista.es

¿Será posible que antes de tomar posesión del cargo Mariano Rajoy rompa una dinámica de desacuerdos entre CEOE y sindicatos que dura más de tres años?

¿Será posible que Toxo y Méndez recapaciten de repente ante la seguridad de un Gobierno del PP?, ¿que Rosell consiga hacer entrar en razón al trípode CCOO, UGT y CEOE para llegar a acuerdos que permitan desatascar una de las claves pendientes de nuestra economía: la ReformaLaboral (RL)?

¿Será posible abordar de una vez la regulación racional de los contratos laborales, de su número y proliferación, de los despidos y de la flexibilidad interna de las relaciones entre empleador y empleado?

¿Será posible que se regule de manera flexible la jerarquía de convenios colectivos acercándolos a la empresa y evitando la intervención de la Administración laboral en un tema que debería ser exclusivo de las partes?

¿Será posible descargar al coste de los salarios de cargas sociales que reducen la competitividad de nuestras empresas y dificultan la creación de puestos de trabajo?

¿Será posible que por fin los cinco millones de desempleados, y los que vienen si no se cambia la dinámica del mercado laboral, hagan entrar en razón a quienes deberían haber sido los primeros interesados en que no se llegara a esta situación?

¿Será posible que el Gobierno pueda avalar un acuerdo sensato y eficaz, redactado de común acuerdo por los protagonistas reales del mercado laboral?

¿Será posible tener sobre la mesa en breve plazo una Reforma Laboral definitiva para los próximos años de crisis?

Es difícil, pero ya lo ha dicho el PP: si no fuera posible, habrá que gobernar. Esa afirmación es un motor de cambio; el freno es la historia de desacuerdos continuados durante los últimos años entre sindicatos y CEOE, y el empecinamiento ideológico de unos y otros. Todos harían mal en olvidar que los electores han hablado alto y claro.

Debe ser posible.