Eduardo Martínez Abascal, Profesor del IESE, Universidad de Navarra
Previsiones del FMI
El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de publicar (el pasado 26 de enero) sus previsiones económicas para 2010. España decrecerá un 0,6% (continua en recesión), mientras que nuestros vecinos salen de ella: Alemania crecerá un 1,5%, Francia un 1,4% e Italia un 1,0%.El tema ha tenido mucho eco en la prensa y con tintes más bien catastrofistas. Los analistas de diversos bancos internacionales –los llamados expertos– también se han hecho eco, y han recomendado no invertir en acciones o bonos españoles.
¿Es fiable el FMI en sus previsiones? Pues veamos al menos las más recientes de los dos últimos años. En julio de 2008, pronosticó un crecimiento mundial de la economía del 3,9% en 2009. Esto es un crecimiento "normal", ni muy alto, ni muy bajo. Hay que indicar que en ese mes ya llevábamos un año de crisis financiera, que empezó en agosto de 2007, aunque lo peor estaba por llegar. Pues bien, el crecimiento económico mundial en 2009 ha sido del -0,8%. La crisis más fuerte en los últimos 60 años. La desviación entre la previsión y la realidad es enorme, y máxime cuando se habla de crecimiento promedio mundial, que, al agrupar muchos países, suele tener oscilaciones muy suaves.
Según el FMI (previsión de julio de 2008), España iba a crecer en 2009 un 1,2%. La realidad es que el crecimiento económico en España en 2009 ha sido del -3,6%, el peor dato en 70 años. Otra vez el FMI se ha pasado en su previsión… y de largo.
El lector podrá pensar que soy injusto o sesgado en la comparación, pues estoy usando datos de la peor crisis nunca vista en los últimos 70 años. De acuerdo. Tomo ahora las previsiones hechas por el FMI para España en enero de 2009, hace sólo un año, y cuando la crisis ya estaba en pleno furor. El FMI esperaba que España decreciera en ese año 2009 un 1,7%. El resultado ha sido una caída del 3,6%.Otra vez un grueso error.
No se puede concluir de estos datos que el FMI haga mal su trabajo de previsión. Pero sí se puede concluir que las previsiones no son tan fiables como cabría pensar. ¿Y por qué? Pues porque prever el crecimiento de la economía es prever, en buena parte, el comportamiento de consumidores e inversores (prever el comportamiento de todos nosotros), y esto no es nada fácil, por no decir imposible. ¿Hay que escuchar al FMI? Sí, pero no se pueden tomar sus opiniones como dogmas venidos del cielo. Se pueden equivocar y mucho.