04/10/2023
Publicado en
Diario de Navarra
Diego Maza Ozcoidi |
Director del Departamento de Física y Matemática Aplicada de la Universidad de Navarra
Siempre resulta complejo explicar que es un “instante”, especialmente cuando para la mayoría de nosotros no es más que un concepto emocional bastante alejado de una realidad fáctica y mensurable. Cuando aún no dejamos de sorprendernos de lo longevo que parece nuestro universo, la Academia Sueca de las Ciencias nos recuerda que los tiempos cortos son tan, o incluso más fascinantes aún que la aparente eternidad del universo. Utilizando el símil con el que fue presentado el premio, la edad del universo conocido es tantas veces un solo latido del corazón humano, como ese propio latido lo es respecto de la escala de tiempo denominada “atosegundo” y por cuyo control fueron premiados y premiada, P. Agostini, F. Krausz y A. L’Huiller . Cuesta imaginarlo, pero así es.
Resulta difícil concebir algo que se aproxime de forma más concreta a la idea de lo que es un instante. Esta escala temporal es tan pequeña, que es de hecho, la escala temporal en la que se desencadena todo aquello interesante que nos rodea. Desde ese aroma que dispara el recuerdo de los desayunos que preparaba nuestra madre hasta el temblor que nos invade ante un ruido inesperado. Cualquier proceso físico cercano que podamos percibir es producto de la interacción electrónica con que transmite información nuestro sistema nervioso, y la técnica premiada este año permite medir con extraordinaria precisión el instante mismo en que un proceso de este tipo comienza. Es sin duda un avance impactante y que abre un increíble abanico de posibilidades, tanto fundamentales como aplicadas. Poder “ver” una reacción química mientras esta tiene lugar, y pensar que pudiéramos tener control sobre la misma incluso en el “instante” preciso en que esta ocurre no necesita de sesudas explicaciones que justifiquen su importancia. Es por esto que sin duda, el Premio Nobel de Física de este año es relativamente sencillo de resumir diciendo sin más que se premia al ingenio que ha sido capaz de medir el ritmo mismo al que late la materia.