Enrique Baquero, Profesor de Biología Ambiental en la Universidad de Navarra
La alimentación tiene que ver con la biodiversidad
El Día Mundial del Medio Ambiente tiene como lema este año Piensa. Aliméntate. Ahorra, una campaña para reducir los desechos y las pérdidas de alimentos. No me centraré solo en el ámbito de los desechos, pues son muchas otras las conexiones existentes entre la alimentación y la biodiversidad.
Según Naciones Unidas, que dispone de departamentos dedicados a analizar la relación entre las políticas y algunos de los problemas más importantes de la sociedad, la biodiversidad es parte integral de un ecosistema saludable, y algunos ecosistemas incluyen los sistemas agrícolas. Dicho de otro modo: los cultivos y el ganado forman parte de una categoría de la biodiversidad, la cultivada. La agricultura productiva y la seguridad alimentaria a largo plazo dependen del sostenimiento de la biodiversidad, que actúa como base para la prestación de servicios esenciales de los ecosistemas.
La expansión agrícola -tanto en superficie cultivada como en intensidad de la gestión- es uno de los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad en todo el mundo. De hecho, su mayor amenaza es la pérdida de hábitat natural que se produce a través de cambios en el uso del suelo y en particular, por la conversión de tierras para la agricultura. Ciertas prácticas agrícolas conducen al deterioro de la calidad del suelo, el agua y el aire, en consecuencia, a una pérdida de biodiversidad. Los causantes: los agroquímicos, la intensificación y el monocultivo.
Con el incremento del comercio de productos agrícolas, la biodiversidad del mundo se está perdiendo a un ritmo alarmante. Los agricultores o empresas agrícolas toman sus decisiones de producción a la luz de los cambios en los ingresos y los costes, que están influenciados por la coyuntura política. Estas decisiones de producción cambian la forma en que se utiliza la tierra, y la relación entre la agricultura y la conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Por lo tanto, es vital para la sostenibilidad a largo plazo que las consideraciones sobre biodiversidad se incluyan en los debates y las políticas comerciales, y que la necesaria expansión agrícola se acompañe de medidas proactivas que promuevan la utilización sostenible y la conservación de la biodiversidad.
Otros puntos de relación entre los alimentos y la biodiversidad son:
- El sector agrícola representa la mayor fuente de empleo, medios de vida y de subsistencia en todo el mundo. Es fundamental para el desarrollo rural, la seguridad alimentaria y la mitigación de la pobreza;
- El sector agrícola está creciendo en algunos países en desarrollo, y se espera que continúe creciendo en respuesta al aumento de la población humana, el aumento de la demanda de alimentos o biocombustibles, o cambios en las preferencias alimentarias;
- La agricultura tiene una influencia directa sobre los recursos naturales y el uso de la tierra: la producción global de alimentos necesita del 25% de la superficie habitable, un 70% del consumo total de agua, un 80% de la deforestación y un 30% de los gases totales emitidos;
- La agricultura depende de la biodiversidad para la polinización, o la diversidad genética (que sirve a las plantas para resistirse a las enfermedades).
Como conclusión, diré que si desperdiciamos comida -1,3 billones de toneladas cada año, un tercio de lo producido-, todos los recursos empleados para producirla también se desperdician: 1.000 litros de agua por cada litro de leche, o 16.000 litros por cada hamburguesa.