Luis Herrera Mesa, , Catedrático emérito de Biología Ambiental - Universidad de Navarra
Día Mundial del Medio Ambiente
El próximo 5 de junio se celebra, como cada año desde 1972, el Día Mundial del Medio Ambiente.
Para esta edición el eslogan del Día Mundial del Medio Ambiente es "Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación". En este año, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a través de los Embajadores de Buena Voluntad han formado un Dream Team para pedir a la comunidad mundial que comparta sus sueños de un futuro más sostenible y se comprometan para hacer realidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible centrando especialmente la atención en aquello que más consumimos y desperdiciamos al mismo tiempo: agua, alimentos, energía y todos los recursos naturales.
En septiembre de 2015 se dará a conocer el resultado de las negociaciones sobre los diecisiete objetivos para el desarrollo sostenible actualmente en discusión entre los estados miembros de Naciones Unidas, que marcarán el paso de la agenda internacional en los próximos quince años por un mundo mejor y más justo. Estos diecisiete objetivos fueron propuestos por el grupo de expertos, tras numerosas reuniones en las que participaron agencias de la ONU, instituciones gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y representantes de entidades privadas.
Desperdicio de alimentos
Me voy a referir a la disminución del desperdicio de alimentos como uno de los objetivos prioritarios que hay que tener en cuenta en los próximos años con el fin de aminorar el hambre en el mundo. La cantidad de alimentos que se desperdicia y se pierden a nivel mundial es escandalosa. En todo el mundo se pierde o desperdicia entre un tercio y un cuarto de la producción de alimentos para el consumo humano, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del Instituto de Recursos Mundiales. Se desperdician alimentos en cada una de las etapas de la cadena alimentaria del agricultor al consumidor, productores, procesadores, comercios al por menor, grandes superficies, proveedores de servicios de catering y consumidores.
Se debe actuar contra el desperdicio de alimentos mediante un conjunto de medidas como la mejora en el etiquetado -fecha de consumo preferente y fecha de caducidad-, la innovación en el envasado que puede reducir los residuos y su impacto medioambiental, mediante la mejora de los materiales y las características del diseño, como los envases herméticos reutilizables y el desarrollo de películas inteligentes que indiquen la pérdida de frescura mediante un cambio de color, y por supuesto la distribución de alimentos entre personas y colectivos desfavorecidos dejando la eliminación y el reciclado industrial como últimas medidas. Numerosos países en Europa como Austria, España, Dinamarca, Italia o el Reino Unido, cuentan con eficaces programas de bancos de alimentos, en los que los excedentes se transportan desde las familias y los comercios minoristas y mayoristas hasta las personas e instituciones necesitadas.