Pablo Blanco, Profesor de la Facultad de Teología y biógrafo de Benedicto XVI
¿Sin prisa por elegir al sucesor?
¿Es indispensable que estén presentes todos los cardenales en la elección de la fecha del cónclave?
Al ser una sesión plenaria, tienen que estar todos presentes, sobre todo los electores, que tienen derecho a voto. A no ser que se ausenten por motivos de enfermedad. Un caso en el que tendrían una dispensa, estarían excusados y, por tanto, no contarían.
¿Podría entenderse que no hay excesiva prisa por elegir al Sumo Pontífice?
-Hay algunas cosas significativas. El 5 de marzo por la tarde y el 6 de marzo por la mañana no hay Congregaciones Generales. Y durante la tarde del 6 de marzo, los cardenales celebrarán un encuentro de oración con los fieles frente al altar de San Pedro. Ese acto denota un mensaje: no hay prisa, lo primero es la oración, la elección debe llevarse a cabo con serenidad y con sentido cristiano. Como se suele decir de manera coloquial, sin prisa pero sin pausa. Rezar es importante a la hora de decidir. De hecho, en mi opinión, este acto se celebra de forma premeditada. Primero, recemos, y después, convoquemos la fecha definitiva para la celebración del cónclave. No sea que por precipitar las cosas se produzcan presiones e intereses creados, así como la aparición de medios de comunicación que quieren influir. Creo que decisiones como ésta pondrán coto a esas posibilidades.
¿Qué implica en sí esta celebración?
-Es un acto de confesión de fe, donde se suele recitar el Credo y se pide por la elección del sucesor de Pedro. Es como acudir al origen de todo el pontificado,
en el sentido de la figura del Santo Padre. Del mismo modo, se pide inspiración por parte del Espíritu Santo a la hora de elegir un nuevo Pontífice. Además, no hay que olvidar que justo detrás del altar se encuentra la célebre vidriera de Bernini, con la paloma del Espíritu Santo.