06/11/2021
Publicado en
Heraldo
Sara Sáenz de Villaverde López |
La covid ha supuesto una crisis sanitaria mundial que ha dejado huella en todos nosotros y especialmente en los sanitarios. Conforme la situación fue mejorando íbamos asimilando poco a poco lo que habíamos pasado. Se realizó un homenaje a las víctimas, con el conocido discurso de Aroa, enfermera que quiso reflejar el esfuerzo de todos aquellos que habían trabajado sin descanso. Este discurso emocionó a toda la población relatándonos los momentos tan duros que habían pasado siendo los mensajeros del último adiós de personas que morían solas.
Hoy conseguimos ver la luz al final del túnel. Toca echar la vista atrás y analizar cómo se hicieron las cosas. Precisamente en este paso tan importante se ha dejado atrás a aquellos que lo vivieron en primera línea. Viendo los componentes del comité de evaluación de la gestión de la covid, hay economistas, epidemiólogos y catedráticos: ¿dónde están los sanitarios que estuvieron trabajando a pie de cama? Aquellos que trabajaron sin apenas recursos, exhaustos e impotentes ante la imposibilidad de atender mejor a los pacientes.
Parece que se ha dejado en el olvido a un colectivo sanitario tan numeroso como el de la enfermería y con cuyo discurso nos emocionamos meses atrás. Viendo la importancia del trabajo y la dedicación de los enfermeros y del resto de los sanitarios en esta crisis, llama la atención que no se haya dado voz a aquellas personas que vivieron esta crisis en primera línea y a los que aplaudimos tan agradecidos porque no nos abandonaron en el momento en el que tanta falta nos hicieron. No olvidemos a este colectivo que con toda su experiencia y amplios conocimientos dedica su tiempo más allá de sus obligaciones laborales.