Eduardo Martínez Abascal, Profesor del IESE, Universidad de Navarra
Eficiencia y autonomías
Me cuenta un amigo que el software que se utiliza en los juzgados es distinto en cada una de las 17 autonomías. Como consecuencia, es imposible, o muy complicado, conocer el historial delictivo de un caco que se haya ido moviendo por toda España.
El resultado es tiempo gastado inútilmente para pedir los datos a otra autonomía, burocracia y, en definitiva, ineficiencia. Nos sale caro el tema. Y la pregunta es: ¿tan distintos son los cacos en Cataluña, Madrid, Asturias, etc., para requerir un software diferente? No sería ultra lógico tener el mismo software para que todos los juzgados estuvieran interconectados.
Otro. Resulta que mi historial clínico está unido a mi tarjeta de la Seguridad Social y ésta es diferente en cada autonomía. Resultado, si me da un jamacuco en Sevilla, estoy listo, porque allí no tienen mi historial clínico, que sólo lo tienen en Cataluña. ¿Tan difícil es tener todo el sistema sanitario interconectado? ¿A quién se le ocurrió la brillante idea de tener sistemas distintos?
La lista podría continuar: tenemos 17 leyes de comercio distintas, 17 leyes del medicamento, porque, claro, el enfermo gallego es muy distinto del murciano, ¡¡¡a éste el cáncer le afecta de manera muy diferente!!! Perdonen los lectores la ironía, pero es que ¡tiene tela!
Comprendo que cada gobierno autonómico quiera tener sus prioridades (sanidad, educación, infraestructuras, etc.). Es más, creo que es bueno que sea así y ojalá compitan entre ellas a ver quién lo hace mejor. Pero esto es perfectamente compatible con la unidad de mercado y con no complicar la vida a los ciudadanos ni a las empresas.
Hay que reforzar la unidad de mercado, que si no nos van a volver locos. ¿Es esto romper con el estado de las autonomías? No. Es pedir que se pongan de acuerdo en temas operativos, que a todos nos facilitan la vida. Es tener una Administración pública (estatal, autonómica y municipal) mucho más eficiente, porque tiene sistemas comunes.
Por último, y si quieren diferenciarse, ¿por qué no compiten las autonomías en cobrar más o menos impuestos? Parecerá una herejía, pero no lo es. Se pone un fondo común para las necesidades comunes (las del Estado) y, a partir de ahí, que cada autonomía decida si cobra más IRPF o más IVA o más Impuesto de Sociedades. Así se acaban las quejas de si Madrid paga o Cataluña paga o cobra. Cada uno se paga lo suyo. Usted quiere gastar más, perfecto, recaude más dinero de sus ciudadanos. Y los ciudadanos decidirán si le votan o no.