07/08/2023
Publicado en
Expansión
Jaime Nubiola |
Catedrático de Filosofía. Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Navarra
Desde hace años me tiene cautivado este libro de la escritora y poeta Dolors Monserdà (1845-1919), una de las primeras feministas catalanas. En esta novela —inspirada en la figura de Eulàlia Escuder (1808-1868), una antepasada mía— narra la historia del ascenso personal, social y económico de Antonieta Corominas en la Barcelona de mediados del siglo XIX. Se trata de una novela costumbrista que describe el paso de la artesanía de los telares a mano a la industria de los telares mecánicos, el formidable crecimiento demográfico de Barcelona en ese tiempo y las notables transformaciones sociales y urbanas, concentrando su atención en el papel formidable de la protagonista que compatibiliza admirablemente su liderazgo empresarial y su condición femenina. Se trata de un libro lento, pero que capta al lector. Su actualidad, más de un siglo después de su publicación, puede reflejarse muy bien en esta frase de Dolors Monserdà: «La inteligencia no tiene sexo».
La Fabricanta tuvo dos ediciones en vida de la autora, la primera en 1904 y una segunda corregida en 1908. Fueron publicadas por la Llibreria Francesc Puig de Barcelona. El libro llevaba como subtítulo «Novela de costums barceloninas (1860-1875)» y estaba bellamente ilustrado por Enric Monserdà, hermano de la autora. La tercera edición se publicó en 1935 en la imprenta Minerva de Mataró y décadas después han ido apareciendo nuevas ediciones: 1972 (Biblioteca Selecta), 1992 (Edicions de l'Eixample), 2008 (Horsori) y 2022 (Barcino).
Me parece que tiene particular importancia la edición que hicieron en el año 2008 el ayuntamiento de Premià de Mar y el Museu de l'Estampació de aquella localidad con un valioso prólogo de Jaume Sobrequés, catedrático de Historia de Cataluña de la Universidad Autónoma de Barcelona. "La lectura de La Fabricanta —escribe Sobrequés— es uno de los testimonios más emblemáticos de la narrativa catalana del cambio de siglo acerca del papel jugado por la mujer en el proceso industrializador".
La novela está dedicada por Dolors Monserdà a sus dos hijas, Angelina y Dolors, y encabezada con una significativa cita de la escritora Fernán Caballero (1796-1877) que dice así (en catalán): "La verdad es una fuente que no se interrumpe nunca". Esta novela —escribe mi pariente Josep Maria Vilumara en su prólogo a la edición de Clàssiques Catalanes, publicada con el apoyo del Instituto Catalán de las Mujeres de la Generalitat de Cataluña (2008)— es "testimonio del papel de las mujeres en un periodo clave de la historia de Cataluña. Refleja la voluntad de incorporación de la mujer a la vida cultural y empresarial por la que luchó Dolors Monserdà". Y Teresa Pamies señalará que "el aspecto revolucionario de esta novela está en haber situado a la mujer en el primer plano y no como un objeto decorativo" (1992).
No es fácil resumir la narración. En cierto sentido, el tema de la novela es el ascenso social de los artesanos a la burguesía gracias al esfuerzo y al ingenio en el trabajo. Su argumento es la historia de Antonieta Corominas, una mujer activa y decidida, que se casa, a pesar de la oposición familiar, con un joven menestral, Pere Joan Grau, de clase social más baja. Antonieta aporta al matrimonio dos telares, que Pere Joan instala, y comienzan enseguida a trabajar. En pocos años, siguiendo las pautas que marca Antonieta, se han convertido en los amos de una gran fábrica.
Por otra parte, su prima Florentina, casada con Pep, hermano de Antonieta, y madre de dos hijos, era una mujer más bien frívola y novelera, que a los catorce años de matrimonio abandona a su marido porque se sentía desgraciada. Era bella y atractiva, pero había abandonado la crianza de sus dos hijos en las sirvientas y tenía una vida vacía. El contraste entre las dos mujeres es muy llamativo. Antonieta "no era bonita —escriben las hermanas López Bercero en un interesante trabajo—, pero tenía otras cualidades que le permitían tener una vida feliz y equilibrada. Creemos que muestra con su modo de ser el perfil de mujer catalana trabajadora y ahorradora que piensa siempre en el mañana". De hecho cuando su hermano se arruina en la bolsa, Antonieta acudirá en su ayuda.
Un rasgo llamativo en la vida y obra de Monserdà es su profunda religiosidad católica, aunada con su activo feminismo. De modo semejante, la protagonista de La Fabricanta es profundamente religiosa y a la vez está seriamente empeñada en el protagonismo y la promoción de la mujer en la vida empresarial. La coincidencia de ambas cualidades desconcierta a menudo a quienes leen a Monserdà buscando un feminismo revolucionario, quizá porque solo tienen en su imaginario una mala caricatura del activismo social desarrollado por mujeres en el siglo XIX. Ya solo por esto merecería la pena la lectura de esta obra.
Pero además conviene decir que La Fabricanta es una gran novela decimonónica, que atrapa a los lectores actuales y que les ayuda a pensar y a comprender un tiempo que ya pasó. Su protagonista, Antonieta, es una valiente luchadora social que cautiva por su tenacidad y a la vez por su bondad. Por todos estos motivos, merecería la pena una traducción al castellano de esta gran novela, La Fabricanta de Dolors Monserdà, publicada originalmente en 1904.