Idoya Beltran Garate, Farmacéutica y madre de paciente con diabetes tipo 1
Maite Solas Zubiaurre, Profesora de la Faculta de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra
Diabetes, un nuevo escenario
Más de 4 millones de personas en España viven con diabetes. De ellas, aproximadamente la mitad no está diagnosticada. Además, su incidencia aumenta debido a un estilo de vida cada vez más sedentario y a los nuevos patrones alimentarios en la infancia.
La diabetes se asocia como primera causa de ceguera, diálisis, amputaciones no traumáticas y enfermedades cardiovasculares. Un tratamiento precoz y multifactorial de la diabetes retrasa la aparición de estas complicaciones y mejora la calidad y la esperanza de vida. Sin embargo, uno de los problemas más relevantes en estos pacientes sigue siendo la falta de adherencia, lo que se traduce en un mal control de la enfermedad.
Dicho tratamiento debe fundamentarse en el conocimiento de su fisiopatología. Así, en la diabetes mellitus tipo 1 existe un déficit muy severo de secreción de insulina, y su único abordajese basa en la administración de insulina o análogos. En cambio, la diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad mucho más compleja a nivel terapéutico. En los estadios iniciales predomina la resistencia a la insulina, mientras que, en fases más avanzadas, además, se evidencia un déficit de insulinosecreción. Por lo tanto, el enfoque terapéutico dependerá del estadío de la enfermedad y de las características del paciente.
En 1956 se utilizó el primer hipoglucemiante oral, la tolbutamida, una sulfonilurea para el control de la diabetes tipo 2. Posteriormente se comercializaron las sulfonilureas de acción prolongada y las biguanidinas, como la metformina. La necesidad de un mejor control de la enfermedad ha provocado que en los últimos años hayan invadido el mercado nuevos fármacos, como los potenciadores de incretinas y los inhibidores de SGLT-2.
Las incretinas son péptidos intestinales que estimulan la secreción de insulina, mientras que los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) son una familia emergente que, además de ser eficaces en el control glucémico, tienen efectos cardioprotectores de especial interés en paciente con diabetes de tipo 2, hipertenso y obeso.
Por otro lado, la tecnología ha permitido dar un gran salto en el control de la enfermedad y en la calidad de vida de los pacientes, especialmente en aquellos con diabetes tipo 1, gracias a la rapidez y facilidad de uso de los glucómetros de glucemia capilar, las plumas de insulina -que permiten dosificar medias unidades (de gran ayuda en diabetes infantil)-, los nuevos infusores de insulina, los medidores de glucosa continuos, los medidores flash y las aplicaciones móviles específicas para realizar seguimiento.
Entre los avances más significativos, señalar las bombas de infusión continua de insulina en tejido subcutáneo. Estas bombas permiten también administración bolus antes de las comidas, lo que da al paciente la posibilidad de flexibilizar al máximo los horarios y adaptar su administración a lo largo del día de acuerdo a las necesidades por ejercicio físico o de la ingesta de hidratos de carbono.
En paralelo, los dispositivos de medida continua de glucosa en tiempo real han revolucionado el seguimiento de los niveles de azúcar, pudiendo conseguir un mejor control y prevenir posibles hipoglucemias e hiperglucemias sin realizar punciones.
Sin embargo, la tecnología puede ir acompañada de otros riesgos, como un aumento rápido de la glucemia si hay una obstrucción del catéter de la bomba o la incomodidad de llevar el dispositivo en todo momento.
Las nuevas tecnologías y tratamientos -de las que se hablará el próximo día 5 de abril en la I Jornada de Actualización de Farmacia de la Universidad de Navarra en su sede de Madrid, titulada “Diabetes, un nuevo escenario”- presentan un futuro prometedor para el abordaje de la enfermedad.
Desde la oficina de farmacia se puede comprobar la adherencia, dar consejos sobre hábitos saludables y asesorar sobre el correcto empleo de los nuevos dispositivos. Por tanto, para que el farmacéutico pueda asumir el importante papel que puede llegar a tener en la atención al paciente diabético, es esencial mantenerse al día en los últimos avances terapéuticos y tecnológicos.