Mario Galiana Liras, Arquitecto y doctorando en la Escuela de Arquitectura
El camino de Doshi, último Pritzker
«Mi trabajo es una historia de mi vida, en constante evolución, en cambio y buscando… tratando de hallar el modo de apartarse de la función que ejerce la arquitectura y mirar solamente a la vida».
No creo que haya un mejor explicación que la empleada por el propio Doshi para significar la arquitectura que se ejerce en Sangath (moverse juntos, en sánscrito). El éxito del ejercicio planteado por Doshi reside, precisamente, en su separación de la arquitectura de autor reconocible para conseguir una respuesta singular, única y apropiada a cada problema arquitectónico que se plantea desde una mirada a los orígenes. La constante indagación en la tradición india, la comprensión de la artesanía local y la implementación de la misma a través de la modernidad, es una constante en el trabajo de Doshi, que nos ayuda a comprender la variedad de respuestas arquitectónicas que apreciamos en la obra de este maestro.
Nacido en Pune (1927), comenzó sus estudios de arquitectura en Mumbai el mismo año de la independencia británica de la India; se formó junto con Le Corbusier y Louis I. Kahn, primero en Paris y luego a pie de obra en la ejecución de los proyectos de ambos, tanto en Ahmedabad como en Chandigargh. Del primero heredó la técnica de un nuevo material para construir una nación en un clima optimista de cambio, a través de la expresión del mismo con una identidad completamente local. De Kahn, la lectura de la milenaria arquitectura India, junto con la comprensión de la artesanía local para conseguir crear un modo de hacer absolutamente específico para este subcontinente.
Prueba de ellos son las sobresalientes respuestas que ofrece a los diferentes retos de escala tan diversa como su propia vivienda (Casa Kamala). Una reinterpretación de la tipología tradicional guyarati de la veranda, pasando por Sanganth (fundación y estudio de arquitectura en Ahmedabad) donde se realiza un ejercicio de arquitectura contextual a través de su adaptación al clima y el territorio del enclave. También el autónomo uso de las bóvedas cilíndricas para la posterior formalización del proyecto.
Los ejercicios a gran escala, como la extensión del Indian Institute of Management de su maestro Louis Kahn, o el trabajo realizado en las diferentes agrupaciones de viviendas para trabajadores en Ahmebadad, así como la reciente propuesta para la Universidad de Nalanda en el noreste indio. Allí se realiza una compleja comprensión tipológica y climática de este anciano monasterio budista para encontrar una respuesta contemporánea; hablan muy en positivo de una búsqueda constante de parámetros locales para una mejor respuesta arquitectónica.
La figura de Doshi se comprende junto con la de su gran amigo, el difunto Charles Correa, como la de los padres de una nueva generación hindú de arquitectos que han aprendido con ellos a realizar el camino desde sus diferentes enclaves locales, (Ahmebadad o Goa) hacia el mundo. No podemos separar la labor profesional de Doshi de la creación de la Vastu Shilpa Foundation, donde se ejercen trabajos de investigación y desarrollo para India de diversa índole, su labor docente en el CEPT Ahmedabad, que durante tanto tiempo lideró y que ayudó a crear un modo de pensamiento específico indio.
El reconocimiento por parte del Pritzker a esta longeva trayectoria, 70 años de ejercicio profesional, explica un modo de hacer específico con la gente, por la gente y para la gente. Ofrece una experiencia arquitectónica superior sin detenerse en formalismos preconcebidos, donde para la completa comprensión del problema arquitectónico propuesto se requieren todos los sentidos al mismo tiempo. Premiando a este arquitecto se reconoce una labor testaruda de continua búsqueda independiente y alejada de las modas, inconformista en la respuesta, donde el tiempo ayuda a construir una arquitectura mejor y más específica. El tiempo se convierte en material de construcción.