09/07/2022
Publicado en
Diario de Avisos
Luis Herrera Mesa |
Catedrático emérito. Universidad de Navarra
Quiero traer a colación este artículo para conmemorar el décimo aniversario de la declaración de la Isla de La Gomera como Reserva de la Biosfera durante la 24ª Sesión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa El Hombre y la Biosfera –MaB-, de la Unesco, celebrado en París del 9-13 de julio de 2012, a la que hice mención en mi último libro (Herrera 2021, Ecología, cambio climático y sexta extinción, McGraw Hill).
La Gomera como Reserva Mundial de la Biosfera cuenta con 17 espacios naturales protegidos de una belleza singular, que representan un tercio de la superficie insular. De este modo está alineada con los objetivos de la ‘Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea para 2030’, de la Agencia Europea de Medio Ambiente, de proteger al menos, el 30 % de la superficie terrestre. Además del Parque Nacional de Garajonay que ha cumplido cuarenta años desde su creación en 1981, incluye el Parque Rural de Valle Gran Rey, la Reserva Natural Integral de Benchijigua, la Reserva Natural Especial de Puntallana, el Parque Natural de Majona, los Monumentos Naturales de Los Órganos, Roque Cano, Roque Blanco, La Fortaleza de Chipude, el Barranco del Cabrito, la Caldera, el Lomo del Carretón y Los Roques, el Paisaje Protegido de Orone, y los Sitios de interés científico de los Acantilados de Alajeró, el Charco del Conde y el Charco de Cieno.
La Reserva de la Biosfera de La Gomera abarca todo el territorio emergido de la Isla más un espacio marino circundante. La Reserva está compuesta por una Zona núcleo con una superficie de 13.134 hectáreas, una zona tampón de 19.070 hectáreas y una zona de transición de 52.317 hectáreas.
La zona núcleo está protegida al amparo de la Ley de Espacios Naturales Protegidos de Canarias y de espacios incluidos en la Red Natura 2000, con predominio de titularidad pública. En esta zona núcleo está incluido el Parque Nacional de Garajonay. La zona tampón incluye áreas de gran valor natural y paisajístico, que también forman parte de la Red Natura 2000; esta zona es de titularidad pública y privada. Y la zona de transición que soporta las actividades productivas insulares en las que predomina la titularidad privada. Toda la zona marina de la Reserva es de titularidad pública.
La Gomera como Reserva Mundial de la Biosfera se caracteriza desde el punto de vista de la fisiografía por la gran altitud media de la Isla -entre los valores más elevados del mundo-, con un relieve excepcionalmente abrupto, organizado en barrancos radiales y profundos. Su geomorfología es resultado de un antiguo edificio volcánico que no ha registrado erupciones desde hace más de ocho millones de años y que ha experimentado una intensa erosión hidráulica, responsable del desmantelamiento de la periferia y la incisión remontante hacia el centro. El proceso de modelado del paisaje ha mantenido una característica meseta central a unos 1.000 m de altitud media y sus prolongaciones a lo largo de las divisorias entre barrancos. En la vertiente norte de la plataforma superior se estanca el mar de nubes, que da lugar a la ‘lluvia horizontal’. La elevada humedad que se produce ha favorecido la existencia de la formación más importante de monteverde del archipiélago en el Parque Nacional de Garajonay, que incluye el bosque de laurisilva más extenso de Canarias y en mejor estado de conservación con dos especies emblemáticas: la paloma rabiche (Columba junoniae) y el viñátigo (Persea indica).
Los profundos barrancos, flanqueados por lomos y lomadas, han funcionado como áreas para la evolución de plantas y animales, que han incrementado su diversidad a lo largo del tiempo, con uno de los niveles más altos de endemismos de las Islas que conforman los archipiélagos de la Macaronesia.
Es de resaltar la impronta humana en algunos paisajes característicos marcados por la presencia de eretas o bancales, que hacen posible los cultivos en laderas de gran pendiente, con la presencia de la palmera canaria (Phoenix canariensis), endémica de las Islas. El silbo gomero forma parte del acervo lingüístico y cultural de la Isla, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
El medio marino con una plataforma insular recortada es igualmente rico en fauna. La Gomera, como las demás islas del archipiélago, es una de las islas con mayor diversidad de cetáceos, con más de 30 especies de ballenas, delfines, cachalotes y calderones.
Según el padrón de 2019, la población de la Isla asciende a 21.503 habitantes, siendo la segunda isla menos poblada de Canarias. La densidad media de población es de 62 hab./km2 desigualmente distribuida, con una densidad relativa alta en el municipio de Valle Gran Rey y muy baja en Vallehermoso.
En los últimos años, la evolución demográfica muestra una tendencia a la pérdida de población, especialmente en los efectivos de entre 30 y 40 años, debido a la emigración. Este hecho es uno de los retos de gestión que debe afrontar la reserva de la biosfera.
De los Espacios Naturales Protegidos, el espacio más emblemático es el Parque Nacional de Garajonay creado por ley en 1981. Fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1987. En 2008 se incorporó a la Carta Europea de Turismo Sostenible de Espacios Naturales Protegidos de la Federación Europarc. Y declarado en 2009 Zona de Especial Protección para la Aves (ZEPA) de la Red Natura 2000.